Una de las clases del IES plurilingüe A Paralaia.

Quieren la libre elección para permitir que familias cuyos hijos tengan patologías previas puedan continuar con clases online hasta que las aulas sean un lugar seguro. También que aquellas que prefieran la educación presencial también tengan esa posibilidad. Ésto, dicen, ayudaría a reducir los ratios

Al menos tres familias de Moaña forman parte ya del colectivo Derecho a Enseñanza sin Riesgo en Pandemia (DERPA), un movimiento a nivel estatal que ya se ha implantado en Galicia, ya son más de 500 las familias que lo secundan, y que cada vez gana más apoyo ante la incertidumbre de la vuelta a las aulas el próximo mes de septiembre. Ante la preocupación de lo que puede ocurrir con la vuelta al cole, piden que las familias tengan la libertad de elegir entre llevar a sus hijos a las clases presenciales o continuar con la educación online en casa. «Somos madres y padres que consideramos que nuestros hijos y hijas no van a estar seguros en las aulas en septiembre, y queremos que las administraciones educativas garanticen su derecho a la educación en un entorno seguro», demandan.

Dentro del colectivo hay todo tipo de personas. Hay familias que quieren que sus hijos y hijas asistan la clase de manera presencial en el que se cumplan las medidas sanitarias necesarias para velar por la salud de toda la comunidad educativa. Otras familias prefieren que sus niños y niñas, muchos de ellos con patologías previas que los hacen muy vulnerables en caso de contagio, no asistan al colegio en tanto no se resuelva la crisis sanitaria actual, y reclaman el derecho a recibir una educación de calidad desde la casa. Hay también en el colectivo docentes que piensan que la flexibilidad educativa es una buena opción en estas circunstancias tan excepcionales que estamos viviendo, y que también permitiría que las personas de riesgo puedan trabajar seguras telemáticamente. Están seguros de que «lo que todos y todas compartimos es la convicción de que la flexibilidad de asistencia beneficia a todos, protegiendo a las personas más vulnerables y a sus familias, y reduciendo la ratio en las aulas, y por lo tanto los contagios».

En las aulas, explican, se dan las condiciones que las autoridades sanitarias consideran que maximizan el riesgo de contagio: son espacios cerrados y reducidos, acogen la numerosas personas, las cuales permanecen allí durante un tiempo prolongado. Por este motivo, apoyamos todas las reivindicaciones de Anpas, sindicatos y otros colectivos de la comunidad educativa reclamando un nuevo protocolo que garantice el derecho a la salud y a la educación. Pero piensan que «esa reclamación tiene que reconocer el derecho de las familias a proteger a sus hijos como mejor consideren así como el derecho de los docentes a poder llevar a cabo su trabajo en condiciones seguras».

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