Alcaldesa, diputado y concelleiros, esta mañana a las puertas de la sucursal de Abanca en O Pontillón.

La sucursal es muy utilizada por los vecinos para realizar los pagos de la oficina del ORAL que, precisamente, se trasladó a pocos metros para facilitar este trámite

La alcaldesa de Moaña, Leticia Santos, junto con el diputado autonómico moañés, Paulo Ríos, y varios concelleiros del gobierno local se han concentrado esta mañana a las puertas de la sucursal que Abanca pretende cerrar a pocos metros del Concello, en el número uno de la calle Ramón Cabanillas. La noticia llegó al consistorio el pasado viernes de manos de los propios trabajadores y desde entonces el BNG se puso manos a la obra para presionar a la entidad para que no elimine otra oficina más en Moaña, una de las más utilizadas del municipio por su cercanía con la oficina del ORAL.

Precisamente, este servicio se mudó hace apenas dos años del barrio de O Real a pocos metros de la entidad bancaria ante la falta de oficinas bancarias en la zona por la comodidad que suponía para los vecinos tener una entidad cerca para el pago de recibos y tramitaciones obligatorias de tributos. «Esto supone un lastre para la atención a los vecinos porque cuando se trasladó el ORAL a esta nueva ubicación uno de los motivos fue que estaba próxima esta oficina bancaria y permitía a las personas rápidamente venir aquí a pagar y acudir después al Concello a realizar los trámites necesarios», insistió Santos. A esto se une la facilidad por una cuestión de tiempo que supone para el gobierno local y los funcionarios tener una oficina cerca para trámites ordinarios municipales puesto que el Concello es también cliente de esta sucursal.

De seis oficinas a «una y media»

Moaña contaba antes de la fusión de Caixanova y Caixa Galicia un total de seis oficinas de las cuáles ahora sólo quedan tres y, si finalmente cierran la de Ramón Cabanillas, sólo quedarán dos. Una la situada en la parroquia de Domaio que funciona con horario reducido y la de Concepción Arenal que se convertiría en la única oficina de Abanca en el casco urbano moañés. «No estamos de acuerdo que centralicen todo el servicio de Moaña en una única oficina, sobre todo en plena pandemia, porque no tiene capacidad para soportar el volumen de gente de estas dos oficinas», expresó la regidora, que recordó como ejemplo de esta afluencia de clientela que es habitual encontrar colas de gente esperando para realizar sus gestiones en O Pontillón.

Santos también advertía de que, además de esta concentración de oficinas, Abanca tiene previsto una minoración del horario de atención presencial a los clientes e, incluso, con cita previa. «Vuelven a concentrar más el volumen de gente que tiene que atender una oficina, es todo lo contrario a lo que deberían hacer en este momento», teniendo presente que ya los días de mercado en la sucursal de Concepción Arenal sufre colapsos. Una forma, critica, de imponer la banca electrónica a la que muchas personas mayores no tienen acceso y en el momento en el que «más comisiones cobran». «No se puede tolerar», apostilló.

Un problema que llegará al Parlamento

Precisamente, este problema de cierre de sucursales bancarias que no sólo se produce en Moaña, se trasladará al Parlamento con una proposición no de ley de la mano del BNG. «Aprovechando el Covid están llevando su ofensiva para sacar más beneficios con menos costes, empeorando las condiciones de trabajo del personal», denunció el diputado nacionalista Paulo Ríos.

Mañana está prevista otra concentración a las puertas de la oficina de Abanca de Concepción Arenal convocada por la Cig para volver a rechazar la intención de cerrar la sucursal de O Pontillón.

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