Daniel Jalda es uno de los vecinos de la calle Longán de Cangas, en la Aldea de Arriba. Su vivienda quedó completamente anegada por el desbordamiento de uno de los regatos que desemboca en el río Bouzós. «En mi casa es imposible vivir mientras no solucionen esto», explicaba a Morrazo Noticias, mientras mostraba las imágenes del agua corriendo por el interior de su vivienda.

En la madrugada del martes la miércoles, a eso de las 6, el agua le llegaba a las rodillas. Sus perros ladraban asustados porque le llegaba al cuello. Fue en ese momento cuando comenzó a achicar sin parar hasta bien entrada la tarde. Entre medias, consiguió arrancar el coche de su abuelo, ya con las ruedas ya sumergidas por completo, y ponerlo en un lugar seguro. Contó, tanto él como el resto de familias afectadas, con la ayuda incansable de Protección Civil y de los Bomberos que, incansablemente, trabajaron durante horas para limpiar la zona y los garajes cubiertos de agua.

«El problema es que el tubo que colocaron cuando hicieron la carretera es muy pequeño y no puede con toda el agua que baja desde Coiro, hace embudo y sube el nivel inundando nuestras casas», explicaba este cangués que lleva años con la intención de reformar su vivienda pero no lo ha hecho a la espera de acabar con estas crecidas. «No podemos invertir en una casa que se inunda cada dos por tres, hace poco compramos unos muebles nuevos y hoy los he tenido que tirar porque quedaron destrozados con el agua», explicaba.

Dice Daniel que el arreglo es competencia del Concello, que envió hace algunos años a los técnicos a realizar las mediciones oportunas pero finalmente no se llegó a ejecutar nada. Por eso, siguen reclamando la instalación de una tubería de mayor capacidad para que no se vuelvan a repetir las imágenes con las que despertaron los cangueses en la mañana de ayer.

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