La lucha contra la violencia de género continuó y continúa en todo momento a pesar de la pandemia, ya que es otra lacra que no entiende de excepcionalidades ni de restricciones. Incluso, la pandemia lo que supuso fue una complicación en la situación de las mujeres víctimas y de las mujeres en general, «que somos las primeras que nos vemos afectadas a nivel laboral cuando se dan los problemas de conciliación que estamos viendo». Así lo expresa Marián Sánchez desde el CIM de Marín, que asegura que tras lo vivido con la pandemia «notamos mucho un incremento en la atención psicológica y en la necesidad de ayudas asistenciales».
«Pero no solo eso», añade, «también tuvimos que adaptarnos para poder ofrecer a las usuarias del CIM alternativas digitales con las que se desarrollaran bien», porque la brecha digital también es un problema en tiempos de trámites telemáticos como los que vivimos. Sánchez insiste en que en el trabajo de campo se notó «la perspectiva de género de la pandemia» y considera que se hizo y se está haciendo un buen trabajo desde el CIM «para seguir atendiendo día a día a todas aquellas mujeres que lo precisan».
En la memoria anual del 2020 presentada por el organismo, se reflejan las siguientes cifras de atención en consulta:
Asesoramiento jurídico 193
Atención psicológica 465
Atención a las víctimas de violencia de género 174
Orientación laboral 19
Información sobre cursos, jornadas y actividades 6
Información de recursos 87
Además, 22 mujeres hicieron uso del servicio del Punto de Intercambio Familiar y 3 del servicio de Fegataxi.
En lo que respecta a las actividades, fueron menos de las previstas dada la situación sanitaria, pero aun así se pudieron realizar diversas acciones, muchas de ellas previas al estallido de la pandemia.