Los escombros del astillero tras la demolición.

El edil de Urbanismo demanda herramientas legislativas para que «todos los bienes catalogados o susceptibles de serlo pasen a manos públicas»

La alerta saltaba ayer a última hora de la mañana cuando llegaba al Concello la comunicación de que estaban demoliendo el astillero tradicional de Laxes, en la parroquia de Domaio. En ese momento, la maquinaria se puso en marcha. Los técnicos revisaron el registro de solicitudes para comprobar si se había informado al Concello al respecto, bien a través de una comunicación previa o como solicitud de licencia, pero descubrieron que no había rastro. En ese momento, la Policía Local se personó en el solar, puesto que del antiguo astillero ya sólo quedaban cascotes, identificó a los propietarios y realizó fotografías de la situación. El objetivo era elaborar un informe que se incorporará al expediente urbanístico abierto y que hoy se ha enviado también a Patrimonio de la Xunta para que se pronuncie al respecto.

Es cierto, explica el concelleiro de Urbanismo, Odilo Barreiro, que el astillero no está dentro de la lista de bienes catalogados por Patrimonio pero sí la actividad a la que se dedicó durante décadas. «Entendemos que una vez que la Xunta declaró como Bien de Interés Cultural (BIC) la actividad tradicional de las carpinterías de Ribeira, sí que esto puede suponer la catalogación de cualquier lugar donde se haya estado desarrollando esa actividad. Nosotros sí entendemos que debería tener algún tipo de protección aunque no esté recogido en el PXOM», explicó.

Las obras, que ahora consisten fundamentalmente en la recogida de escombros, permanecen paralizadas «pero eso no significa que se pare el expediente», eso sí, «sólo podemos actuar hasta donde llega nuestra competencia urbanística».

Herramientas legislaturas de protección

Aunque en Moaña no se tiene constancia de ningún otro astillero de estas características que permanezca en manos privadas, Barreiro sí que reclama «herramientas legislativas que permitan que los bienes catalogados o susceptibles de serlo pasen a manos públicas» para «evitar» situaciones como las del astillero de Domaio cuyos dueños tendrán ahora que explicar al Concello porqué no informaron del riesgo de derrumbe que alegan y porqué no solicitaron licencia de obra.

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