Los ambulantes finalmente no aparecieron y, aunque la Policía Local había establecido un cerco en las diferentes entradas a la Alameda Vella para evitar que los comerciantes pudieran acceder, sólo acudió una persona que desconocía la situación y que tras ser avisada por los agentes se marchó.
Tal y como recogía el decreto firmado ayer por el alcalde, Xosé Manuel Pazos, tras las amenazas de los directivos de la asociación de ambulantes de acudir hoy a pesar de las restricciones, sólo se pudieron instalar los comerciantes con productos perecederos y los de las plantas.