Las 71 parcelas que sorteó hace un año el Concello están todas ocupadas y serán cultivadas durante 3 años más por los que resultaron beneficiarios de alguna de ellas
La sostenibilidad, la economía circular, la reconexión con la naturaleza y la producción autóctona, además de la actividad física y la dinamización son algunos de los beneficios que aportan las huertas urbanas del Sequelo, un espacio ecológico y de integración social que cosecha grandes éxitos entre el vecindario. La concelleira de Medio Ambiente, Marián Sanmartín, quiso hacer un “muy buen balance” del primero año que se llevan trabajando estos espacios desde que se realizó el último sorteo de las 71 parcelas, que ahora podrán ser explotadas por sus actuales propietarios durante cuatro años.
“Esta fue la mayor novedad que introducimos en el anterior sorteo, porque antes el máximo era de dos pero me los entendía que una huerta trabajada requería de más tiempo”, asegura la edil. Estas 71 parcelas, además, están divididas según distintos grupos sociales de tal manera que todo tipo de perfiles puedan optar a trabajar alguna de ellas.
El reparto
Así, existen 40 huertas para personas jubiladas o pensionistas, 15 para personas en paro que no reciban prestación por desempleo, 12 para el vecindario en general y 4 huertas para personas con discapacidad o que demuestren intolerancias químicas.
Trabajar por un Marín más verde y más ecológico forma parte de los objetivos del Concello y por eso, además de ampliar los años para los beneficiarios de las huertas, el municipio se sumó al compostaje como mejor forma de tratar los residuos orgánicos.
Uno de esos composteros comunitarios se instaló, precisamente, del lado de las huertas urbanas del Sequelo, para cerrar un círculo medio ambiental sostenible que quiere servir de modelo para impulsar economías más respetuosas con el entorno y que redunden en beneficios para la ciudadanía de Marín.