Según le contó la víctima, no es la primera vez que se producen robos a las personas mayores que acuden al camposanto

«Miña carteira, miña carteira», gritaba una anciana en la tarde de ayer, a eso de las 18:00 horas, a las puertas del cementerio de Moaña y éstos fueron los gritos que alertaron a Marcos Ramos, un repartidor que en ese momento se encontraba suministrando recambios a un taller próximo al camposanto. En ese momento no sabía qué ocurría pero comenzó a entenderlo cuando de repente vio salir del interior en bicicleta y a toda prisa a un hombre. «Le había robado la cartera a la señora e intentaba huir, así que decidió correr tras de él para cogerlo», relata a Morrazo Noticias este marinense. Como les resultaba complicado alcanzarlo a pie, decidieron él y otro chico, que también se encontraba en el taller, coger la furgoneta y seguirlo. «Otra persona con un coche logró atraparlo y yo crucé la furgoneta para que no tuviera escapatoria. Lo primero que hizo el ladrón fue darnos la cartera de la mujer», cuenta.

Según pudo saber después, cuando consiguió tranquilizarse tanto él como la anciana, ésta había dejado la cartera dentro de una bolsa apoyada en el nicho y, de repente, le desapareció. Un modus operandi que, parece, no es la primera vez que se produce en el cementerio de Moaña. La propia víctima relató a Marcos que al menos conocía a tres personas más a las que le habían robado en el interior del camposanto.

El ladrón, que lo ubican en Cangas, es conocido por este tipo de delitos a pequeña escala.

La Policía Local tiene constancia de, al menos, dos incidentes similares.

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