El edil de Facenda se apresuró a anunciar en los medios una medida que hasta ayer desconocían los técnicos y de la que les informó por la mañana el grupo popular
El edil de Facenda de Moaña, Aldán Santamarina, tuvo que tirar ayer de habilidad y de teléfono para adelantarse al Partido Popular y evitar así una buena coz por parte del principal partido de la oposición. Tal galgo veloz, se apresuró a anunciar la regularización de 1,2 millones de euros de pagos ya realizados relativos a los años entre 2012 y 2014 tan sólo unos minutos después de que concelleiros del grupo popular mantuviesen una reunión con los técnicos municipales para conocer el estado de los presupuestos de 2020. Precisamente, en este encuentro, los ediles preguntaron por este asunto y el motivo por el que llevan arrastrándose durante años en los diferentes presupuestos sin motivo alguno. Sin embargo, los técnicos municipales que en este momento se encargan de preparar las cuentas desconocían la existencia de este lastre.
Cuestión diferente es la de Santamarina, al que durante meses en plenos y comisiones informativas el grupo popular ha reclamado tomar medidas para llevar a cabo progresivamente este reconocimiento sin que el máximo responsable de Facenda asumiese la obligación ni se comprometiese a hacerlo. La prueba es que este asunto no estuviese en los puntos a tratar en las reuniones del gobierno con los técnicos municipales. No hasta ayer, cuando tras ser informado de las preguntas del PP, prefirió improvisar un anuncio «por si acaso» la oposición se lo recordaba nuevamente en prensa.
Salvar los muebles o rehacer todo el presupuesto
En cuestión de minutos había que dar una solución que en cinco años ni se había planteado para «callar al PP». Para eso cabían dos opciones: rehacer todo el presupuesto de ingresos (terminado a falta de unos flecos) teniendo en cuenta los 1,2 millones de euros o salvar los muebles con una alternativa improvisada. No estaba dispuesto a empezar desde el principio y, aunque no es lo más recomendable ni lógico, Santamarina optó por el camino más corto: tirar de remanente. Así, a juicio del PP, «mataba dos pájaros de un tiro». Se refieren a que con el anuncio, «totalmente improvisado, como toda la gestión de este bigobierno», evitaba otra bofetada mediática y se «apuntaba un tanto» a golpe de teléfono.