Sustancias incutadas al detenido durante la operación de la Guardia Civil llevada a cabo en la mañana de ayer en Cangas.

Una persona, con antecedentes policiales, fue detenida durante un registro llevado a cabo en el edificio okupado de la calle Atranco en la mañana de ayer, además de tres médicos de familia, 2 psiquiatras y un farmacéutico

Cangas despertó ayer con una operación que no ha dejado indiferente a nadie. No tanto por el motivo sino por las personas que pudieran estar implicadas en la investigación. Agentes del Puesto Principal de Cangas llevaron a cabo un operativo en el edificio okupa en construcción de la calle Atranco y detuvieron a primera hora de la mañana a un varón de 56 años que se encontraba junto a una mujer de 59 años de edad, también investigada, y ambos con un amplio historial de antecedentes policiales, como presuntos autores de un delito contra la Salud Pública (tráfico de drogas). Un arresto que podría ser rutinario si no fuese porque además, y según Guardia Civil y Subdelegación del Gobierno, está relacionado con la investigación a tres médicos de familia y dos psiquiatras del Servicio Galego de Saúde (Sergas), como presuntos autores de un delito de falsedad de documento público (recetas), y un delito contra la salud pública. Además, está en el punto de mira un farmacéutico por falsedad documental, concretamente por expedir “clonazepam”, principio activo del fármaco “rivotril”, incumpliendo el deber de comprobar la identidad de la persona que recoge el medicamento y su receta.

La investigación dio comienzo en el año 2023, tras comprobar un preocupante aumento del consumo de psicotrópicos entre menores de edad de la localidad, tal y como adelantó en exclusiva Morrazo Noticias en septiembre del año pasado. Durante las pesquisas llevadas a cabo por los agentes se comprobó que la madre de un menor que había sido protagonista de distintos incidentes llegó a retirar 5.800 comprimidos psicotrópicos en menos de un año, además durante este tiempo fueron investigados por delito contra la salud pública 10 personas más, de las cuales tres son menores de edad.

En el registro practicado en la mañana de ayer y autorizado por la autoridad judicial se incautaron numerosos envases de fármacos psicotrópicos, un total de 523 pastillas, 1 parche de fentanilo, 20 gramos de marihuana y 9 pastillas de metadona. En la inspección del edificio de Atranco participaron además de los agentes de Cangas, la USECIC, Equipo Cinológico y el Equipo Pegaso. La operación está dirigida por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Cangas.

MENORES AFECTADOS

El pasado 11 de septiembre un niño de 15 años fue localizado en Cangas que había consumido este tipo de fármaco cuya base es clonazepam y lo había mezclado con hachís. Un ‘potaje’ con el nombre de karkubi, que provoca un fuerte poder psicotrópico, que al ser mezclado con alcohol o pegamento, causa efectos alucinógenos de una forma más económica. Debido al principio activo de clonazepam, anteriormente mencionado, puede suponer un doble riesgo para la salud.

Por un lado, por su distribución sin el debido control facultativo. Y, por otro, por el riesgo que supone al ser mezclado con otras sustancias psicotrópicas como el hachís o el alcohol. Todo ello, pese a que los efectos pueden variar dependiendo de los ingredientes presentes en la mezcla y de las dosis finalmente consumidas. 

El centro de salud sorprendido y preocupación de los farmacéuticos

Las declaraciones realizadas por la Subdelegación del Gobierno a primera hora de la mañana en las que anunciaba que tres médicos de familia del centro de salud de Cangas estaban siendo investigados presuntamente por estar implicados por un delito de falsedad en documento público a través de la expedición de recetas de “clonazepam” como principio activo del rivotril, dejó estupefactos a todo el equipo sanitario del centro. Nadie conocía a qué se debía esta acusación ni quienes eran esos profesionales “del Sergas” a los que se refería la operación policial. Una comidilla que no impidió que el día transcurriese con total normalidad y, al mismo tiempo, preocupación. 

La misma incertidumbre en la Consellería de Sanidade, cuyo titular, Antonio Gómez Caamaño, tras enterarse de las palabras de la Subdelegación respondió a los periodistas que carecía de información de esta investigación que todavía está en curso y que está declarada secreta. “El máximo respeto a la información y estamos dispuestos a colaborar en todo lo necesario”, respondía.

El Colegio de Farmacéuticos de Pontevedra también ha querido pronunciarse al respecto y muestra su “preocupación por este tipo de noticias», así como el compromiso del colectivo farmacéutico de la provincia de Pontevedra con la defensa de la salud pública y el rechazo del ante cualquier actuación que pueda alejarse de la legalidad y de las buenas prácticas profesionales. “Hemos de señalar que en los últimos años se ha detectado un aumento de la circulación de recetas fraudulentas, lo que constituye un problema”, advierte.

¿En qué consiste la «droga de los pobres»?

Se conoce como “droga de los pobres” a la mezcla del clonazepam con hachís o alcohol. Un mejunje al que se da el nombre de karkubi o, popularmente, “droga de los pobres”, mucho más económica que el resto de sustancias. Hasta hace poco en O Morrazo era algo desconocido, pero en los últimos tiempos se detectó un incremento de su consumo que excedía de los fines de semana. El karkubi proviene de Marruecos donde la consumen personas con pocos recursos económicos. En España entró durante la pandemia y todavía se sigue comercializando a través del mercado negro. Y es que su bajo precio hace que su consumo se esté extendiendo entre los más jóvenes que pueden adquirirla por tres euros como máximo. Aunque lo que ellos no saben es que puede producir efectos incontrolables que les pueden convertir en auténticos monstruos y afectar directamente al corazón. 

Los efectos más inmediatos son agitación y euforia hasta un efecto sedante que provoca relajación y una sensación de bienestar a medida que pasan los minutos.

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