Siete colectivos vecinales se reunieron ayer por la tarde en la Casa da Unión para aprobar solicitar una reunión urgente con el gobierno local y que les informe del plan de tráfico y actuación en O Hío para este verano
En la parroquia de O Hío se puede respirar aire limpio y disfrutar de un entorno idílico, pero también tiene sus contras: fundamentalmente la saturación de vehículos. Este problema lleva uniendo a las asociaciones de vecinos y este año no podía ser una excepción. Siete colectivos de Vilanova-Pinténs, Igresario, Vilariño, Liméns, Nerga, Viñó y Donón se reunieron en la Casa da Unión para debatir sobre cómo actuar de cara a este verano ante la masificación de coches que se agolpan llamados por las playas, el paisaje y las puestas de sol.
Tras la Junta Local de Seguridad en la que no se alcanzó ningún acuerdo tan a corto plazo como para poder ejecutarlo este mismo verano más allá de la colaboración entre la Policía Local y la Guardia Civil que “ya se experimentó” y que los propios vecinos de la parroquia califican de “desastre”. Recuerdan que la última vez que se reunieron con el actual gobierno local fue en agosto del año pasado y que ahí la alcaldesa, Araceli Gestido, le prometió que antes de que acabara el año se volverían a sentar para orquestar un plan de cara a este verano de 2024. A día de hoy, pese a que las reclamaciones han sido continuas en los diferentes actos en los que han coincidido, esto no se ha producido. Por eso, la orden del día de la reunión de ayer tenía como plato fuerte exigir al tripartito una reunión urgente para conocer cómo se va a actuar para paliar la masificación con las que los vecinos conviven a diario durante los meses estivales. Así se aprobó y así se solicitará por la vía oficial.
ESCASA SEÑALIZACIÓN: PIDEN LÍNEA AMARILLA
Una de las demandas vecinales, además de la presencia policial para hacer cumplir la normativa de tráfico y garantizar el acceso en las emergencias, es la escasa o total señalización en toda la parroquia de O Hío. Son conscientes de que muchos conductores aparcan sus vehículos sin importarle el lugar o las consecuencias, pero al menos demandan que se señalicen adecuadamente aquellas zonas claves en las que no se puede o debe aparcar. Un caso acuciante se produce en Donón, junto a la caracola de Cabo Home. Desde que este vial de subida al monte se arregló a finales del año pasado reclaman que la línea que separa la calzada del arcén se pinte de amarillo para impedir que los coches lo utilicen como aparcamiento y garantizar que los agentes, si lo hacen, puedan sancionarles u ordenar su retirada por la grúa. Sin embargo, desde el Concello se ha hecho caso omiso. Esto obliga a los peatones a vivir situaciones de tensión con los conductores y a temer, en muchos casos, por su seguridad. Sufren insultos y se han librado de ser atropellados de milagro. Isabel sacó el fin de semana a su madre en silla de ruedas a dar un paseo acompañada de sus nietos y en la esquina con la rúa Barreira la rueda pasó a apenas unos centímetros. Temen que pueda ocurrir una desgracia.