Cartel en la verja que rodea las instalaciones deportivas de Rodeira.

“Estas instalaciones municipales permanecerán cerradas por causa de reparaciones múltiples”. Este es el cartel que reza en la verja de los campos de fútbol de Rodeira, en Cangas, conocidos como los del keniata porque son utilizados por este club. Sin embargo, ni están de reformas ni se trata de una medida temporal. Al menos, por el momento. El ambiente está muy caldeado.

Desde hace aproximadamente un mes ningún niño, tenga la edad que tenga, ni sus familiares, pueden acceder a las instalaciones por decisión de la directiva Kenyata C.F., que abre y cierra los accesos a su antojo alegando vandalismo. Al abuelo de un menor que hacía deporte lo invitaron a salir este martes cuando pretendía sentarse en uno de los bancos de madera de los laterales para contemplar los entrenamientos, cuentan los vecinos indignados.  Decisión que avala el gobierno local y en la que ayer volvió a incidir la concelleira responsable de Deportes, Sagrario Martínez, en la reunión que mantuvo ella y la alcaldesa, Araceli Gestido, con los vecinos para trasladarle este malestar y tratar de que permanezcan abiertas para uso público.

O, de no ser así, solicitaron al gobierno local que se contrate algún tipo de seguridad que permita el acceso abierto a cualquier ciudadano para llevar a cabo actividades deportivas durante el día, especialmente en verano, para evitar que un club gestione las instalaciones «como si fueran suyas”, manifestaban los padres claramente enfadados a las puertas del recinto. Por el momento, cualquiera de estas opciones fueron rechazadas. Ya se están organizando porque se plantean llevar a cabo acciones de protesta para denunciar el uso privado de unas instalaciones del pueblo “construidas por los vecinos sobre suelo cedido para ello allá por 1974 para celebrar el primer mundialito del kenyata”, recuerda una madre.

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