Una peixeira de la Plaza de Abastos de Cangas.

La última vez que se sacaron a licitación los puestos en el mercado fue hace cuatro años, pero prácticamente todos quedaron desiertos por la gran inversión inicial

Frente a la actividad diaria de las plazas de abastos vecinas, como las de Bueu, Marín o Moaña, el Mercado de Cangas languidece poco a poco. Actualmente acumula una veintena de puestos cerrados entre pescadería y carnicería, sin actividad, según la Asociación de Profesionais da Praza de Abastos de Cangas, que incide en que “cada vez hay menos puestos abiertos”. Sobre el motivo, apuntan a que la juventud no se anima a un trabajo tan sacrificado en el que “hay que levantarse a las tres de la madrugada” pero también a la “falta de aparcamiento” en la zona y la fuerte inversión inicial que hay que hacer para poder empezar a funcionar. 

El encargado de licitar los puestos que van quedando vacíos es el Concello, como propietario y responsable de la instalación y de su actividad, sin embargo el último proceso de adjudicación se realizó en diciembre de 2020. El Boletín Oficial de la Provincia de Pontevedra (BOPPO) publicó las bases el 23 de enero, pero con la llegada del Covid-19 la tramitación se dilató casi un año. Aun así, y según informa la Asociación, en aquel momento prácticamente todos los puestos quedaron desiertos. Las bases establecían un precio mínimo de entre los 5.710 euros para los puestos de pescado en el edificio anexo hasta los 11.627 para los tres que salieron para carnicería por un período de hasta 35 años. Una inversión poco atractiva para arrancar y poco accesible para los más jóvenes, un sector de la población que debiera ser el que tomase las riendas de estos negocios para garantizar su futuro. Hay que tener en cuenta que otro de los escollos a los que se enfrentan las plazas de abastos es la falta de relevo generacional, no solo en la explotación de los puestos sino también en la clientela. Y es que, la falta de planes de dinamización por parte del gobierno local que fomenten las ventas en la plaza ayuda a este camino cuesta abajo. 

LICITACIÓN MÁS CORTA

Como alternativa a un desenvolso inicial tan importante, el Concello de Marín (de tamaño similar) tomó la decisión de reducir el período de concesión a 5 años. Los resultados han sido muy positivos. Tanto es así que en este momento solo hay cuatro puestos sin actividad que están a apenas unos días de su adjudicación. El canon anual va desde los 347 euros a los 744, dependiendo del número de metros y de la actividad. La concelleira responsable, Cristina Acuña, reconoce que tuvieron que reinventarse para permitir el acceso de las personas interesadas a estos puestos y que la cuantía económica no fuese el principal problema. “Lo que nos interesa es que la Plaza de un servicio público y tenga actividad, de nada nos vale que los puestos estén vacíos”, manifesta Acuña, que reconoce que no fue fácil buscarle el encaje técnico.

DIVISIÓN POR LA APERTURA EN FESTIVO

La intención por parte del Concello de que la plaza de abastos de Cangas abra también los festivos que se celebre el mercadillo ambulante que se instala en el exterior ha abierto un debate entre los establecimientos. Consideran quienes son contrarios a tener que trabajar esas jornadas que “no tiene sentido” porque “ya lo hacemos todos los días desde muy temprano como para tener que ir también esos días cuando ni siquiera hay pescado”. Eso sí, también reconocen que acudir es voluntario y que el mercado abra no implica tener que ir. 

La cuestión es que el mercadillo ambulante es un importante aliciente para la plaza y muchas de las personas que se trasladan al centro para pasear por la feria aprovechan para hacerse con pescado de la ría y carne frescos del mercado. Uno de esos días será el próximo viernes 17 de mayo, día de las Letras Galegas, que habrá mercadillo pese a ser festivo por elección de los propios ambulantes.

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