Olalla, con la foto de su hijo Izan, pidiendo que dé señales de que está bien.

Olalla Rodríguez es una madre desesperada por encontrar a su hijo de 17 años que falta de su domicilio de Cangas desde el viernes

Olalla Rodríguez es la madre de Izan Pousada Rodríguez, un joven cangués de 17 años del que no se sabe nada desde la madrugada del viernes al sábado cuando se escapó por la ventana de su habitación sin que nadie lo viera. Confió en su pronta vuelta, pero ese momento no llegó y desde entonces sobrevive como puede con el apoyo de los más cercanos. Es consciente de que su hijo es una persona vulnerable y que probablemente esté aterrado. Por eso, lanza un mensaje directo con la esperanza de que le haga rectificar y regresar. “Estoy rota, lo único que quiero es que él esté bien, que no tenga miedo y que vuelva a casa que todos le esperamos con los brazos abiertos”, manifestó a Atlántico con la voz entrecortada por la emoción. Ya son cuatro días sin saber nada. El teléfono lo tiene desconectado desde el momento de su marcha y nadie le ha visto, es como si se lo hubiera tragado la tierra. 

Durante el fin de semana los padres denunciaron la desaparición ante la Guardia Civil, que se encuentra revisando las cámaras de seguridad de la estación de autobuses de Pontevedra donde podría haber cogido un autobús con destino Bilbao pero con parada en A Coruña. No están seguros, pero según relata su progenitora, uno días antes “le dejó caer a un amigo su intención de hacer este viaje, pero sería el miércoles». “Quizá sintió miedo y decidió adelantarlo, pero no sabemos”, reconoce. Izan se fue con poco dinero, por eso creen que no puede llegar muy lejos por sus medios. Aun así, están desesperados y desde que se percataron de su ausencia utilizan todas las vías posibles para pedirle que vuelva o que se ponga en contacto con alguien para saber que está vivo: redes sociales, conocidos y amigos.

El menor desaparecido en una imagen facilitada por la familia.

MORENO, ALTO DE 1,80 M Y DELGADO

Izan Pousada Rodríguez es menor de edad de 17 años, de complexión delgada, mide en torno a 1,80 de altura, de pelo moreno y ojos castaños. Además, lleva un pendiente en la oreja. Según explicó su familia horas después de la desaparición, creen que pudo salir de su casa vestido con un pantalón de chándal rojo y «algo negro de arriba», pero también cabe la posibilidad de que se hubiese cambiado de ropa para abandonar la vivienda. 

Tiene el teléfono desconectado, pero sus seres queridos no cesan en tratar de comunicarse con él por redes sociales con la esperanza de que “pueda leerlo con el móvil de otra persona y cambie de opinión». “Que vuelva y que no se preocupe que todo se solucionará”, insisten.

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