El vehículo de la Guardia Civil entrando en los Juzgados de Cangas con el detenido. Horas más tarde sería trasladado a la prisión de A Lama.

El Juzgado de Instrucción 3 de Cangas decretó el  ingreso en prisión provisional de A.C.T, de 47 años,  que se declaró inocente, investigado por un delito de homicidio

El único investigado por  la muerte de Fadoua Akkar en la madrugada del pasado sábado en el paseo de Domaio, tras caer el coche a la ría, prestó declaración ayer ante la titular del Juzgado de Instrucción n 3 de Cangas y, al igual que ya hizo ante la Guardia Civil, se declaró “inocente”. A.C.T., moañés de 47 años, defendió  que lo ocurrido “fue una accidente” y se mostró colaborativo con la investigación. Según pudo saber Atlántico, el detenido mostró “voluntariamente” su ADN y en su afán por cooperar  entregó las claves y su teléfono para que pueda ser analizado.

Aun así, la jueza lo envió a la prisión de A Lama cuatro horas después de su llegada a las dependencias judiciales de Cangas en un coche de la Guardia Civil con los cristales tintados. En un auto emitido por la tarde, se hacía público que se acordaba esta medida, comunicada y sin fianza, por un presunto delito de homicidio en el ámbito de la violencia de género. 

La víctima, su pareja desde hacía unos ocho meses, apareció flotando durante las tareas de rescate del coche. Según fuentes próximas a la investigación, presentaba golpes y se investiga si la muerte fue previa. Las causas exactas las determinará la autopsia, pero casi desde el inicio se sospechó que podría tratarse de un crimen. A.C.T. ya estuvo en la cárcel por violencia machista.

Las cámaras de seguridad y las ventanillas son claves en el caso

Además de los detalles que aporte la autopsia, como el motivo exacto de la muerte y la hora aproximada, hay otro factores e interrogantes importantes en la investigación. El primero es saber quién, cuándo y por qué se bajaron las tres ventanillas del vehículo. La lógica dice que debió ser antes porque una vez sumergido en el coche en el agua resulta difícil, que no imposible, que el automatismo funcione correctamente. Lo habitual es que no responda y que los viajeros se vean obligados a romper los cristales. Era una madrugada lluviosa y no encaja demasiado circulasen con los cristales bajados, a no ser que hubiese un motivo de peso. Por este motivo, este dato es clave para los investigadores.

Por otro lado, las cámaras de seguridad de los negocios de la zona podría arrogar algo de luz a lo que ocurrió en los minutos previos a la caía del coche a la ría de Vigo. Por parte de la Guardia Civil se están realizando las gestiones oportunas para recabar las imágenes de las cámaras situadas a lo largo de la PO-551 en el tramo próximo al paseo marítimo para tratar de saber si en ese trayecto puede verse a Fadoua todavía con vida o si, por el contrario, se extraen indicios de lo contrario. 

Cero en alcohol

A.C.T., que se encontraba sobre el vehículo sumergido, fue sometido al test de alcoholemia minutos después de su rescate y el resultado fue negativo, 0,0.

Moaña celebró una nueva concentración de repulsa a las puertas del Concello.

La familia de la víctima: “Nos contó que él era Guardia Civil”

La familia de Fadoua Akkar, que vive en Vilaboa, quiere “que se haga justicia” y en la mañana de ayer acudió a los juzgados de Cangas para prestar declaración e informarse del procedimiento para su repatriación a Marruecos. Aseguran que no sabían nada de la relación, que “era íntima de ellos dos» pero sí lo poco que le había contado su tía. “No lo conocíamos, nadie lo conocía, pero ella nos contó sobre él que le había dicho que era guardia civil, que lo había dejado de ser y que ahora era camionero o algo así pero no teníamos ni idea de que era violento», contó Chaima, una de las sobrinas de Fadoua, quien acusa al detenido de “aprovecharse de ella” sabiendo que se encontraba en una situación irregular, “sin saber las leyes de aquí”. “Se rio y se burló de ella”, sentenció, 

Chaima afirma que su tía vino aquí a “hacer papeles por su hijo” y que “no iba a tirar por la borda todo lo que había conseguido porque un hombre le levantó la mano”. “Tenía que seguir fingiendo porque esto era su sueño”, desveló alegando que el miedo a denunciar “a un ciudadano español” cuando ella se encontraba en situación irregular pudo ser lo que la frenó.

Además, estos familiares, que se harán cargo de su hijo menor de 13 años, destacan algo que puede ser relevante en el caso, que “ella no sabía nadar” lo que le hace sospechar que la intención era ahogarla. Tampoco hablaba español, por lo que “no sabemos cómo se comunicaban”, reconocieron.

Recuerdan a Fadoua como una mujer «independiente, vivía sola, se valía por ella misma, vino aquí a España a buscar estabilidad para ella y su hijo y él se aprovechó de que ella por no tener papeles.

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