La directiva del Alondras C.F. está preocupada por su futuro. Y no por los éxitos que puedan alcanzar, sino porque su campo quede fuera de la competición oficial que marca la Federación Española de Fútbol en la Tercera División RFEF por el mal estado del césped. Según su presidente, Rafael Outeral, desde hace cuatro o cinco años se está incumpliendo la normativa establecida a nivel nacional que impide jugar de forma oficial en terrenos con césped artificial de más de ocho años. El del Alondra pasa de la media docena. Sabe que la Federación es conocedora de las dificultades económicas de los concellos para hacerse cargo de estas obras pero teme que ante algún requerimiento se vea obligada a exigir el cumplimiento de las reglas.
Además, que el césped actual sea “duro como una moqueta”, como lo define el propio Outeiral, aumenta exponencialmente el riesgo de lesiones de los jugadores, que continuamente sufren daños causados por el estado del terreno de juego. “No queremos un césped nuevo para que el campo esté bonito, sino por necesidad”, demanda el presidente.
El gobierno local conoce esta petición del Alondra C.F. al igual que los anteriores, precisa, pero le traslada la precariedad económica del Concello de Cangas. Según Rafael, el tripartito se ha comprometido a reservar una partida en los presupuestos municipales para este 2024 destinada al césped del Alondras y, en caso de no ser posible, se plantean llevar una “modificación de crédito a pleno” para contar con ese dinero que les permita ejecutar un cambio de tapiz verde. Aunque este trabajo está presupuestado oficialmente, y a juzgar con el coste que ha supuesto el campo de fútbol ‘Iago Aspas-O Casal’ de Moaña, desde el club se estima que suponga alrededor de los 200.000 euros.