La resolución está siendo valorada por los colectivos que decidirán si se continúa con el proyecto o se presenta un recurso a la resolución
Sobre la mesa del salón de juntas del Concello de Moaña había una noticia importante y determinante. Patrimonio se había manifestado sobre el proyecto del Paseo de Seara y no hizo con luces y sombras. Por un lado, la dirección xeral respalda la propuesta de reforma de este tramo urbano que tanto ha dado que hablar durante los dos últimos años hasta el punto en enfrentar a los vecinos y ser punto importante en la pasada campaña electoral. Pero por el otro, dice ´no´a las rampas móviles de metacrilato planteadas para la parte trasera de las carpiterías y que permitirían que el paseo fuese accesible. Así se lo expuso la alcaldesa de Moaña, Leticia Santos, a los miembros de la mesa de diálogo constituida al inicio del problema por varios colectivos vecinales y representantes políticos del BNG y del PSdeG y convocada el pasado martes de urgencia para plantearle la situación.
Para Patrimonio, las pasarelas peatonales no están justificadas las pasarelas peatonales de estas edificaciones puesto que el paso por delante de ellas está liberado, tal y como exige la normativa de Costas y existe un itinerario accesible alternativo a escasos metros del frente litoral». O lo que es lo mismo, que los peatones abandonen al paseo para incorporarse a la calle Concepción Arenal para sortear los astilleros y después acceder de nuevo a la senda litoral.
Una de cal y otra de arena por parte de esta dirección xeral que, con toda seguridad, vuelve a dividir a los vecinos de Moaña. La piedra está ahora en los miembros de la mesa, que deberán valorar el documento y manifestar su posición. Por lo tanto, tendrán que decidir si el Concello sigue adelante con el proyecto y, por tanto, con los requisitos que exige Patrimonio, o si por el contrario éste presenta un recurso a la resolución. Aunque todavía no se conoce la decisión de los colectivos, la resolución ha caído como un jarro de agua fría sobre las asociaciones que, desde un principio, manifestaron su rechazo al proyecto del bipartito. Por este motivo, lejos de ser un punto y final la comunicación de Patrimonio puede reabrir viejas heridas que se encontraban latentes en la sociedad moañesa.