Un toxicómano comprando droga en la vivienda de A Canexa este sábado.

Una casa de esta escalonada calle que cruza Ramón Cabanillas estaría funcionando como punto de venta de drogas día y noche

Los vecinos de la céntrica calle Ramón Cabanillas y, especialmente, los del callejón de A Canexa de Cándida Lago están cansados de lo que ven y escuchan día y noche desde sus viviendas. A través de sus ventanas observan el tránsito constante de personas que suben y bajan las escaleras de esta estrecha travesía que conecta la Moaña baja con la alta para para ir a comprar droga a una vieja vivienda de madera situada en el extremo superior. Basta con permanecer cinco minutos un sábado a las 16:00 horas en la esquina de esta calle principal de Moaña para contabilizar la entrada y salida de cinco personas con signos evidentes de haber consumido. 

Según los vecinos, que por miedo a represalias prefieren no identificarse ni hacer declaraciones públicas, este punto de venta de estupefacientes funciona 24 horas lo 365 días del año. Hace más de un año que comenzaron a detectar la afluencia de toxicómanos que subían por estas escaleras y pocos minutos despues bajaban y continuaban su tránsito. De hecho, la Guardia Civil ya llevó a cabo varias intervenciones en las inmediaciones de la casa, sin embargo el problema no solo continúa sino que, avisan quienes lo sufren, se ha incrementado e, incluso, se ha extendido a otros puntos del municipio.

Comprueban, además, cómo los vehículos paran en la calle Ramón Cabanillas, a la altura de la subida de A Canexa, y esperan a que una persona baje y le entregue “algo”. “Así de veces”, gesticulaba una de las vecinas desde el balcón de su casa y en tono bajo para evitar que nadie pudiera escucharla. Otro afectado, que acaba de comprar una vivienda en la zona, afirma que cuando llega a su casa prefiere “aislarse” de lo ocurre en el exterior “bajando las persianas”. Hay miedo en el barrio. 

También se ha detectado, explican lo vecinos, que existe una especie de servicio a domicilio para aquellos ciudadanos que por algún motivo no quieren que se les vea acceder por las escaleras. De forma rápida y casual se producen “entregas” en otras calles principales como Concepción Arenal, en las inmediaciones de la plaza de abastos.

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