Uno de los renos instalados en la Plaza do Reloxo de Marín ha amanecido con los cuernos rotos, el primer acto vandálico de estas Navidades y, esperemos, sea el último. Un acto condenable que, lamentablemente, ya se ha repetido en años anteriores. Precisamente, hace un año alguien le prendió fuego al belén instalado en este mismo punto.
También los amigos de lo ajeno aprovechan para robar las macetas navideñas, lo que ha llevado a una vecina, tras contar con la aprobación del Concello, a retirarlas cada noche cuando cierra su negocio y colocarlas en su lugar por la mañana. Aun así, durante la hora de la comida «desaparecen» muchas de ellas.