La Mancomunidad del Morrazo lleva tres años seguidos hablando de la municipalización del servicio de recogida de basura. El mismo tiempo que se lleva firmando contratos cada dos meses con la empresa concesionaria para que sigan manteniendo el servicio tras haber agotado la concesión y la prórroga. Entre medias, también, van tres informes para tratar de hacer una auditoría de costes y saber cuánto costaría la gestión directa, entre salarios, instalaciones, servicio y flota de camiones, cuya vida está más que agotada porque todos ellos superan los 17 años y trabajan 24 horas seguidas los 365 días del año. Ahora se ha encargado un cuarto informe, pero a la espera de que se concluya y se pueda comprobar si realmente es preciso y aclara cómo proceder esa municipalización, la junta de gobierno del ente supramunicipal ha decidido, tres años después, hacer un ‘contrato puente’ “previo a la empesa pública” cuyo borrador estará listo, según el portavoz del BNG y concelleiro de Medio Ambiente, Antón Iglesias, en el mes de septiembre.
Pero el problema de fondo de todo esto está en cómo plantearle a los vecinos la futura subida del recibo de la basura y por cuánta cantidad. Porque ninguno de los tres concellos que componen la Mancomunidad está dispuesto a sacar más dinero de las arcas municipales o, al menos, no mucho más. De ahí que la edil Iria Malvido llame a los cangueses a “meditar” sobre si los que pagan los morracenses anualmente realmente llega para pagar un mejor servicio. “Tenemos que hacer un estudio de costes respecto a cuánto costaría el servicio que queremos dar, no el que estamos dando porque sabemos que hay ciertas cuestiones deficitarias, sino el que queremos dar”, expuso, planteando también repercutir también en el turismo con algún tipo de gravamen por la basura que dejan cuando se triplica la población en verano.