El viento se llevó los tejados de los IES María Soliño y Rodeira de Cangas y dejó al descubierto la escuela infantil de O Con, en Moaña. Los alumnos serán realojados el lunes en Rodeira y Quintela
Fue una noche de locos en la que parecía que el viento se había propuesto acabar con el mundo. Ráfagas superiores a los 135 kilómetros por hora terminaron por arrancar de cuajo varios tejados en Cangas, Moaña y Bueu. A las dos de la madrugada unas planchas del edificio consistorial de Moaña acabaron en la calle Arturo Garrido García, lo que puso en pie al alcalde accidental, Xosé Daniel Costas, que a partir de esa hora se encargó de afrontar todos los incidentes que iban surgiendo. Entre ellas, el vuelo de parte de la cubierta de la Escuela de Educación Infantil de O Con, lo que obligó a tener que suspender las clases durante toda la jornada de ayer y hasta el próximo lunes cuando los 32 menores de la unidad se reubicarán en el CEIP de Quintela. El Concello procedió a cortar la calle para evitar accidentes y permitir que los Bomberos limpiaran y aseguraran el tejado. “Lo más importante es que no hubo daños personales”, valoró la edil Dolores Chapela.




Afortunadamente Cangas tampoco registró heridos, pero la borrasca Martinho sí se cebó con los los institutos de Rodeira y María Soliño, en este último especialmente donde la mitad de la cubierta del edificio acabó arrasada por las ráfagas de viento. Ocurrió en torno a las 5 de la madrugada y tras valorar la situación, tres horas más tarde se informaba a las familias por diferentes vías de que no acudieran al centro porque por seguridad era imposible impartir clase. «Cayó la cubierta del colegio sobre el cierre y probablemente hasta el lunes no abriremos», informaba una profesora del centro a primerísima hora.
En el caso de Rodeira, el levantamiento de la chapa solo afectó al imueble situado junto a los campos del Kenyata, una ampliación de la edificación principal donde se encuentra la zona de talleres y el aula de música.
VUELTA A LAS AULAS
Técnicos de la jefatura provincial de Educación de la Xunta recorrieron en la mañana de ayer los centros afectados de Cangas y Moaña de cara a poder hacer una valoración de los desperfectos y trabajar en un plan de reparación. Hoy está previsto que lo haga el conselleiro de Educación, Román Rodríguez. Aunque ya desde la Xunta se anuncia que con el fin de reducir el impacto de esta circunstancia en el alumnado, se priorizarán los trabajos en este instituto para que pueda retomar lo antes posible su actividad. Entretanto, a partir del lunes, los 580 estudiantes del María Soliño recibirán clase provisionalmente en el IES de Rodeira, en el turno de tarde.
También el lunes volverán la clase con normalidad los 700 alumnos del IES de Rodeira, cuyos daños fueron de menor intensidad. Para posibilitarlo, este fin de semana se intensificarán los arreglos. Paralelamente, la Jefatura Territorial de Educación está coordinando con el departamento de Movilidad de la Xunta la planificación de los horarios de transporte escolar, con el fin de garantizar este servicio.
Carreteras principales cortadas durante horas, coches destrozados y árboles caídos

Fuera del ámbito escolar, Martinho también dejó un reguero de incidencias en otros puntos de la comarca de O Morrazo. En Moaña, lo más importante se produjo en plena PO-551, en la parroquia de Domaio, tras volar el tejado de la nave situada junto al parque infantil de la parroquia. Dadas las grandes dimensiones de la plancha que acabó sobre la vivienda situada justo al otro lado de la carretera, obligó a cortar totalmente esta vía principal de acceso de forma inicial. Para drenar el tráfico, la Guardia Civil fue la encargada de regularlo y desviarlo por el vial de San Benito. Más tarde se abrió uno de los carriles de acceso a Moaña hasta que en torno a las 13:00 horas los Bomberos y Protección Civil lograron retirar el panel completamente y reabrir en ambos sentidos.
Una chapa acabó dañando gravemente un coche en A Marrúa, un árbol cayó sobre una marquesina en Broullón y parte del tendido eléctrico en la zona de Escobar se vino abajo afectando a la iluminación pública.

En Bueu la cubierta de los vestuarios del campo del Beluso se desprendió perjudicando de forma grave al tejado de una vivienda próxima, el panel sándwich que cubría un garaje en el barrio de O Cabalo quedó tendido en el suelo en bloque y operarios de la brigada de Servicios del Concello tuvieron que dedicar gran parte de su jornada laboral a retirar árboles en el lugar de Carrasquira y en el acceso al Pazo de Santa Cruz.
Cangas registró un accidente en A Magdalena con la caída de un árbol afectando intensamente a un coche y Emergencias tuvo actuar para evitar que el tejado de un edificio Nazaret se desprendiese.