La asociación, con presencia en Moaña, Cangas y Vilaboa, celebra su 20 aniversario y ha querido hacerlo con un acto sencillo pero emotivo a causa de la pandemia
«Afamo es lo mejor que me pudo pasar en la vida», así describe Marisa, una usuaria, a la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de O Morrazo. Aunque ella no padece la enfermedad hace ya algún tiempo que acude junto a su marido José, el amor de su vida, que sí comenzó a tener pérdidas de memoria hace una década. Lo suyo es una historia de amor desde hace 62 años, cinco hijos y una vida de felicidad que continúa a pesar de que su marido «no es el mismo hombre que era». «Cuando le diagnosticaron el alzheimer lo primero que hicimos fue acudir a Afamo y fue lo mejor, gracias a la asociación podemos seguir disfrutando de una vida juntos», explicó emocionada en el acto que la asociación celebró ayer en el salón de actos del Concello de Moaña con motivo de su 20 aniversario. Ella se sentía sola y al ver que su marido volvía de Afamo «más animado y tranquilo» decidió sumarse a esta familia que, aunque no es de sangre, le inyecta otra dosis de felicidad.
Su doble punto de vista, como usuaria y familiar, aporta una mirada completa y «desde el corazón» de lo que es Afamo. Esa asociación que nació de la mano de familiares de enfermos hace 20 años por necesidad, cuando el alzheimer era un desconocido, y cuando más que terapia se necesitaba comprender qué les ocurría a las personas queridas que se comportaban de forma «extraña». Afortunadamente, a María le ha tocado vivir ese proceso ahora, cuando Afamo es la asociación más importante de la comarca y la experiencia le avala. Su madre, Delia, es usuaria y describe cómo la profesionalidad del equipo Afamo le ha ayudado a entender y a gestionar el problema. «Son tan profesionales que la mayoría de las veces no les hacía falta que yo les dijera que estaba mal. Entendí que negarlo no es posible», explicó.
Pero éstos son solo dos testimonios del millar de familias que han pasado por la asociación a lo largo de todo este tiempo. Su presidenta y una de las fundadoras, Fina Cancelas, recuerda con orgullo el trabajo y el esfuerzo que supuso impulsar la asociación. «Nos consideramos un poco pioneras en lo que tiene que ver con el Alzheimer e, incluso, en terapias con ellos», consideró Cancelas que, junto al resto de miembros, consiguieron gestionar en Moaña el primer centro público de la red gallega. Después continuaron creciendo y actualmente cuentan, además, con 30 trabajadores y unidades terapéuticas también en Cangas y Vilaboa que atienden a 463 personas. «Ha sido una trayectoria larga y satisfactoria porque, de no haber nada, hemos creado una asociación que cualquier persona que se encuentre con el problema pueden acudir a nosotros», valoró con orgullo en este acto que, además de aniversario, también quisieron darle un mensaje reivindicativo al no poder celebrar su tradicional romería a causa de la pandemia.
En la celebración estuvieron presentes la alcaldesa de Moaña, Leticia Santos, y la teniente de alcalde, Marta Freire, quienes reclamaron más apoyo institucional a las familias. » Le estamos inmensamente agradecidas de la labor que dan y de la ayuda que prestan y que, en los tiempos buenos y malos, siempre están a la altura de las necesidades de Moaña», trasladó Santos para cerrar el acto.