Una de los locales de hostelería de Cangas.

El robo se produjo en la madrugada del viernes al sábado en el bar Bule-Bule

Aunque las declaraciones de la Subdelegada del Gobierno afirmado que se habían aumentado los medios de seguridad y que, por tanto, el número de robos iba a a caer, lo cierto es que la incertidumbre siempre se mantuvo en los comerciantes. Y, lamentablemente, ha vuelto a ocurrir. En esta ocasión le ha tocado el turno al bar-restaurante Bule-Bule. Los ladrones entraron en la madrugada del viernes al sábado rompiendo la el cristal de seguridad del escaparate con una alcantarilla que cogieron allí mismo. Su objetivo, la tragaperras. Ayudados por un taburete del establecimiento, golpearon la máquina hasta que la reventaron y consiguieron llevarse todo el dinero de su interior. Después, sobre las 5.30 horas salieron corriendo y se marcharon.

Durante su huida dos testigos pudieron ver a dos personas que abandonaban el lugar montándose en un Audi A4 que, tras investigar la matrícula, pudo saberse que no tenía seguro ni había pasado la ITV. No está claro si se trataba de dos hombres o si uno de ellos era una mujer. «Del bar no tocaron nada, sólo fueron a la tragaperras», explicó a morrazonoticias una de las propietarias del bar, Pilar Piñeiro.

Este restaurante familiar lleva 15 años en funcionamiento y durante este tiempo han sido víctimas de robo en tres ocasiones y siempre con la máquina como objetivo de los ladrones. Ahora, Piñeiro tendrá que asumir una parte del arreglo de la tragamonedas. «Ya se nos ha pasado por la cabeza cerrar, a lo mal que están las cosas se suman estos robos y la situación es preocupante», indicó Piñeiro, que en las próximas horas acudirá a presentar la denuncia por los hechos de este fin de semana.

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