La Administración provincial ha presentado esta mañana los presupuestos para 2021 que superan los 164 millones de euros.
Las transferencias a los concellos aumentan un 10% con el que la Diputación revalida su liderazgo en el Estado, duplicando el promedio del resto de las administraciones provinciales
La Diputación de Pontevedra ha presentado hoy las cuentas para 2021 de la mano de su presidenta, Carmela Silva, y de su vicepresidente, César Mosquera, que esperan entren en funcionamiento el 1 de enero. Silva ha descrito el presupuesto, que asciende a 164,5 millones de euros (un 2,1 por ciento más que en 2019), como «estructurante para la provincia» en el que se tiene muy claro «qué es lo que se quiere» y en el que se refuerza económicamente a la administración local y, particularmente, a las áreas de turismo, política social, igualdad, cultura y deporte.
Pero si hay un apartado importante en este momento de pandemia es la utilización de los fondos por parte de los gobiernos locales. En 2021 las aportaciones aumentan hasta los 61,2 millones de euros, un 9,68% más que en 2020, con el Plan Concellos como instrumento clave. Se mantienen las condiciones de flexibilidad entre líneas, establecidas en el marco de la pandemia para que los municipios puedan utilizar los recursos de la línea 1 de inversiones para la compra de cualquier tipo de material que necesiten o la generación del empleo. Es decir, hasta un máximo del 30% del importe asignado la cada concello para la línea 1, podrá destinarse a incrementar los importes de las líneas 2 y 3. Además, se habilita una nueva acción específica la que los ayuntamientos puedan destinar ayudas a los sectores afectados por la pandemia que podrá llegar hasta lo 20% de la línea 1, lo que supone movilizar 6 millones de euros.
Carmela Silva destacó el «esfuerzo» que ha supuesto elaborar estas cuentas para que «los concellos puedan recibir recursos cuanto antes ante una situación tan complicada» como la actual. De esta forma, la Diputación pontevedresa se sitúa entre las primeras instituciones, sino la «primerísima», que logra cerrarlos puesto que en esta ocasión «los ingresos llegaron mucho más tarde».
Con todo esto, dos son los objetivos que persiguen estos presupuestos para el año que viene. El primero es potenciar la inversión pública para ayudar a la reactivación de la economía de la provincia y, el segundo, el cumplimiento de la Agenda 20-30 que arrancó en el presupuesto del 2019 y que ahora se tratará de potenciar mucho más.
Capacidad de endeudamiento
Por su parte, César Mosquera, puso en valor la labor de los funcionarios en el encaje de estos presupuestos que «siguen la misma línea» que los anteriores aunque adaptados a la situación que deja la pandemia. «La Diputación manda todo lo que puede y más a los concellos», apostilló. De hecho, indicaron que las transferencias a los administraciones locales aumentan un 10%, duplicando el promedio del resto de los entes provinciales.
Informó que ya se esta a elaborar un Plan Estratégico de captación de Fondos Europeos, basado en las líneas que marca la nueva estrategia como la agenda verde, la agenda urbana, la sostenibilidad, innovación, digitalización y la apuesta por el I+D+i, que junto a los remanentes, supondrá una inyección de dinero muy importante para poner en marcha un Plan Especial para la provincia.
Mosquera también añadió que, en el caso de ser necesario poner en marcha programas extraordinarios para dar respuesta a la actual situación excepcional, la buena salud económica de la Diputación permitirá afrontar créditos.