Costa durante su intervención en la concentración protesta.

El sector de la pesca tradicional de bajura de ambas comunidades alertó de los daños que ocasionan los molinos a los caladeros

El sector de la pesca de bajura gallego y asturiano, apoyado por el nacional, mostraron músculo ayer en Cangas contra la industria eólica marina. A los pies de la lonja pesquera, los presidentes de las Federaciones de Cofradías de ambas comunidades, acompañados por  directivos de la pesca nacional, provincial y el patrón mayor de Cangas, Javier Costa, como anfitrión, corearon el grito de esta guerra “Goberne quen goberne, os mares non se venden”. Lo hicieron ante una amplia representación del BNG, pancarta en mano y con candidatos a las próximas elecciones europeas, y una nutrida presencia del arco plenario local, a excepción del grupo del PSdeG. Ningún miembro del grupo municipal socialista ni del partido se dejaron ver en el puerto. Sí estaban casi todos los concelleiros del PP local y también la edil de Alternativa dos Veciños (AV), Victoria Portas, que acudió con varios miembros de su candidatura. 

Sobre el escenario, Costa fue el primero de un largo turno de intervenciones. Todas ellas en el mismo sentido, decir no a la instalación de molinos en zonas consideradas caladeros pesqueros. Aseguran que allí donde se coloquen desaparecerán los peces en varios kilómetros a la redonda por su gran impacto medioambiental provocado por el ruído y por la afección que supone toda la maquinaria necesaria para producir energía renovable. Pusieron como ejemplo el parque eólico marino de Viana do Castelo, que supone un claro perjuicio para el sector pesquero de bajura, y ya advirtieron de que el que está proyectado en las inmediaciones de la ría de Vigo cuenta todavía de mayor envergadura y, por lo tanto, será más nocivo. “Los molinos serán el doble de altos que los pilares del puente de Rande”, ponía en sobreaviso el responsable de la Cofradía “San Xosé” de Cangas. También el buenense Xosé Manuel Rosas, presidente provincial, ejemplificaba cómo el ruido acabará afectando a la fauna marina. “Meteos en la bañera de casa, sumergid la cabeza y que alguien toque a la pared en el otro extremo de la casa, veréis cómo debajo del agua se escucha perfectamente. Esto es lo que pasa en Portugal, arriba no se escucha nada pero debajo del agua el ruido es muy grande», explicaba al micrófono.

Las concentraciones se están llevando a cabo por toda España y surgen del rechazo del sector al decreto del Ministerio para la Transición Ecológica para regular la eólica marina. La Xunta presentó a finales de marzo un paquete de 16 reclamaciones a este documento del Gobierno central en el que se recogían la mayoría de las exigencias planteadas por la pesca y la industria. 

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