Para la gran mayoría de los devotos y seguidores de la Semana Santa será un sonido nuevo, pero para los más experimentados, los que soplan las ‘sesenta y pico’ velas, será todo un recuerdo. La Semana Santa canguesa sigue mixturando tradición con vanguardia y medio siglo después recupera dos añafiles que sonarán gracias a los pulmones de los componentes de la Banda de Cornetas y Tambores. La cofradía de la Misericordia decidió comprarlos para devolver al presente la costumbre que se perdió allá por los años setenta no se sabe muy bien por qué. “Entonces se estropeó el que había, no debieron saber arreglarlo y lo anularon”, explican desde la presidencia de Coordinadora de la Semana Santa canguesa. Como en la cofradía no hay nadie que puedan encargarse de hacerlos sonar, decidieron encomendarle la misión a los profesionales, que llevan ensayando durante todo el invierno para que su vibración resuene a estos días por las calles de Cangas.
Antiguamente, la persona que tocaba el añafil se colocaba debajo del andia y lo hacía silbar simulando que lo hacía la tuba que porta la imagen del romano Carracedo durante la procesión del Santo Encuentro y en las tres caídas del santo articulado. Ahora, los dos miembros de la Banda que se responsabilizarán de recuperar este pequeño trocito de la historia religosa de Cangas lo harán desde el exterior pero para aportar el mismo sentimiento de antaño.
La presencia de lluvia a lo largo de las jornadas del Jueves y Viernes Santo, la Coordinadora indica que no se ha acordado la suspensión de los actos programadas para las próximas jornadas. Los actos litúrgicos y oficios religiososque se celebran en el interior de la excolegiata de Cangas se mantienen sin modificación alguna. Por lo que respecta a las procesiones, se insiste en que la prioridad es no someter las imágenes a las inclemencias del tiempo. Así, las entidades titulares de sus respectivas procesiones decidirán puntualmente sobre la suspensión, su modificacióndel itinerario o su disolución.