DomusVi Cangas agradecía a una empresa la donación de estas pantallas en su redes sociales el pasado 30 de marzo.

Un directivo les anunció esta medida después de la intervención del centro, el pasado martes, asegurando que cuando termine todo esto «rodarán cabezas» porque «había más información fuera de las residencias que dentro»

«Rodarán cabezas cuando termine todo esto», así lo advirtió a los trabajadores el director de Zona Norte de DomusVi, Pedro Fernández, el pasado martes 31 de marzo en una visita a la residencia recién intervenida por la Xunta. Y así lo transmite Sonia Jalda, portavoz de la Asociación TReGa, (Traballadoras das Residencias de Galicia) para denunciar el nivel de presión y amenaza en el que trabajan los profesionales sanitarios del complejo de Aldán. Se da la circunstancia, y según explica Jalda, que Fernández es hermano de la CEO de la empresa, Josefina Fernández Miguélez. «La amenaza la hizo después del curso que dio el Sergas sobre uso y utilización de los EPIs y material de prevención pero cuando los trabajadores estaban solos, no había ningún miembro del Sergas presente», puntualizó Sonia.

Además, ante la pregunta de por qué la Xunta decide intervenir cuando el coronavirus ya había infectado un número importante de residentes, las respuestas fueron que “DomusVi no quería que se le escapara de las manos, por eso fue personal del SERGAS”.

En la residencia de Aldán “hay ahora mismo 18 positivos entre lo personal” explica Jalda, uno más que hasta el día de ayer. La falta de EPIs deja muy expuestas a las personas que trabajan en estas residencias. “Se están incumpliendo las normas de protocolo de circuitos limpios para trabajar, las bolsas de ropa sucia están tiradas en los pasillo, además de que había gente que entraba en vestuarios con la funda sin cambiar, el vestuario es una zona de limpio” señalan. “Cuando la Xunta intervino las residencias, hubo gente del SERGAS que renunció diciendo que no trabajaban con esas condiciones”, apostilla.

Una tablet con skype para 150 residentes

Tras las quejas de las familias por la falta de información de los residentes y su demanda de la instalación de skype para poder hablar con ellos, desde DomusVi «se instaló esta plataforma de videoconferencia con una única tablet para 150 residentes por lo que las familias tardaban cinco o seis días sin saber de sus seres queridos», explica Sonia y añade que «además las líneas de teléfono estaban colapsadas y era imposible saber de los mayores».

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