Por la capilla ardiente pasaron esta mañana autoridades, compañeros y amigos que quisieron darle el último adiós a Xosé Manuel Pazos
«Bueno y conciliador», además de otros muchos calificativos como «valiente» y «trabajador», han sido las palabras más escuchadas esa mañana en Cangas. Unos calificativos con los que sus seres queridos, compañeros de filas en la política y vecinos se referían a su Alcalde, a Xosé Manuel Pazos Varela, cuyos restos estaban rodeados de flores e instalados bajo el atril desde el que presidió tantos y tantos plenos.
Muchos han sido los rostros conocidos de la política que han pasado por la capilla ardiente del regidor, instalada en el salón de plenos y donde la familia ha agradecido las muestras de cariño a un Alcalde que «murió con las botas puestas», pero también a un padre, a un hijo y a un esposo que siempre presumía de familia. «Ata que non chegue a miña neta non se encenden as luces, faille moita ilusión», ironizaba la tarde del encendido de la iluminación de la que sería su última Navidad.
Una de las personas más cercanas a él, no sólo en lo político sino también en lo personal, la edil Aurora Prieto, se mostraba muy afectada y sorprendida por la pérdida. Reconocía que aunque el viernes vio a su compañero «más cansado» nunca pensó que este momento pudiera llegar. «Ayer al mediodía estaba firmando papeles desde el hospital», contaba a Morrazo Noticias.
«Yo conocí a Pazos en el 1997 cuando fue de número 3 en una lista al Parlamento Autonómico que encabezaba Abel Caballero y yo siempre lo recuerdo como un hombre dialogante, amable, de la cultura, con un profundo compromiso con la justicia social, una ejemplo de ciudadano más allá de su representación política que la hizo con una gran dignidad. Pazos era un hombre bueno, en el sentido que definía Machado. Yo no lo voy a olvidar, estoy profundamente afectada», recordaba la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, tras visitar la capilla ardiente y darle el pésame a sus familiares más cercanos.
Quien ha sido su compañero durante décadas, Mariano Abalo, reconocía que a pesar del que «había un deterioro físico importante» a causa de la grave enfermedad que padecía «nadie esperaba que este desenlace pudiese ser tan inmediato». Con él comenzó militando en la clandestinidad y hasta su último día ha estado compartiendo siglas, problemas y también alegrías políticas. «Ahora la tarea es intentar despedirlo de la manera más digna posible y seguir trabajando en la línea de conducta de honestidad y decencia política. Es un compromiso difícil pero que tenemos que pelear por Xosé Manuel y por Cangas», se comprometía el líder de ACE.
Desde IU y en boca de la diputada Eva Solla mostraron su tristeza por la pérdida de «una persona muy importante, no sólo por su papel como Alcalde sino por ser alguien que supo tejer las alianzas de la izquierda como fuente de trabajo a nivel municipal». «Era una persona muy conciliadora, positiva y lo vimos no sólo en lo político sino también en cómo afrontó su enfermedad desde que fue diagnosticado», lamentaba la dirigente política a las puertas del consistorio cangués.