Un voluntario confeccionando mascarillas.

«Es más especial que otros», consideran desde el gobierno local, que quiere rendirle «un sentido homenaje y agradecer con mayúsculas a aquellas y aquellos que estuvieron en primera línea del voluntariado»

Como todos los años, el 5 de diciembre el Concello de Cangas conmemora el Día Internacional del Voluntariado, un día marcado en el calendario para visibilizar la aquellas personas que, desde un anonimato altruista y solidario, mejoran nuestro mundo. En esta fecha cambian el foco de la escena para iluminar «a las personas generosas que sacrifican su tiempo del ocio para dedicárselo a los demás; que sienten que pueden ofrecer sus capacidades y habilidades para ayudar al vecindario, y que lo hacen, sin más interés, que lo de contribuir a mejorar la entorna», definen desde el consistorio.

Está a punto de finalizar el año 2020, año que será recordado por la nefasta singularidad de la pandemia de la COVID-19. Año, en el que toda la sociedad, consideran, tiene que agradecer que existan personas que colaboran para que las familias vulnerables y la sociedad en general podamos superar tan insólita situación.

Durante el período de Estado Alarma se inició en Cangas el programa de “Boa Veciñanza” con el objetivo de cubrir las posibles necesidades de las personas con vulnerabilidad del municipio. Un servicio que vio a complementar la grande labor realizada por las fuerzas de seguridad – Policía Local y Protección Civil- que estuvieron día a día, y hora a hora, en primera línea de combate contra el virus. Las voluntarias y voluntarios de Boa Veciñanza y los de Protección Civil atendieron las necesidades esenciales de las personas que por sus circunstancias particulares no podían salir la calle. Acudieron a las llamadas de los centros escolares que precisaron repartir material entre el alumnado confinado, repartieron bolsas de primera necesidad entre familias desfavorecidas, y participaron en la recogida, desinfección, corte y costura de telas para la confección de mascarillas que se distribuyeron, de forma totalmente desinteresada entre la población del ayuntamiento.

Por eso, este 5 de diciembre «es más especial que otros», consideran desde el gobierno local que quiere rendirle «un sentido homenaje y agradecer con mayúsculas a aquellas y aquellos que estuvieron en primera línea del voluntariado».

— A los equipos de intervención, que fueron todo un ejemplo de solidaridad y empatía

— Al voluntariado de Protección Civil, que trabajaron sin descanso en todas las acciones que se marcaron.

— A las costureras solidarias del Morrazo, que cortaron, cosieron y desinfectaron telas día y noche.

— A pequeños empresari@s que prestaron sus talleres, instalaciones y maquinarias para confección de mascarillas.

— Las personas que donaron productos para cubrir necesidades: telas, alimentos, pantallas y EPIs.

— A las personas que repartieron bolsas entre familias necesitadas.

— Y a todas aquellas que tejieron esta red solidaria desde uno discreto según plano, respondiendo siempre las llamadas de colaboración que fueron surgiendo día a día.

«No queremos olvidarnos de nadie, tampoco de todas aquellas personas que, sin saberlo, contribuyeron a nuestro programa, velando porque a sus vecinos no les faltara de nada durante el cierre sanitario», añaden.

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