Una empresa inspeccionó ayer las atracciones, permitiendo abrir a aquellas con todos los requisitos en orden. “Estamos de acuerdo con las revisiones”, dicen los feriantes
Las atracciones instaladas en la Alameda Vella y en la explanada de Ojea de Cangas se sometieron ayer a la inspección de una empresa de ingeniería contratada por el Concello para garantizar que cumplen con la seguridad necesaria como para que puedan funcionar con normalidad en unas Festas do Cristo que arrancan esta tarde-noche con el encendido simbólico de la iluminación por parte del gobierno local.
Una por una, el ingeniero responsable de la empresa Tarea, Antonio López, acompañado de la persona elegida por el Concello para organizar la instalación de los remolques, recorrieron por la mañana la mayoría de la veintena de taquillas indicando a sus propietarios qué debían conectar y mostrar para verificar su estado. En general, explicaba López a este periódico, todo lo detectado “son cosas pequeñas” que los feriantes debían subsanar lo antes posible para permitir su apertura. De hecho, el técnico dijo que volvería “cuando las tengan solventadas para comprobarlo y que puedan abrir lo antes posible”. Aquellas que sí obtuvieron el visto bueno total ya pudieron empezar a funcionar en la tarde de ayer, el resto se irían sumando conforme solucionaran todas las deficiencias. “Poder montar con tranquilidad permite evitar errores que muchas veces provocan los accidentes y en Cangas han podido hacerlo», explicaba el técnico ante uno de los empresarios que acababa de someterse a la inspección.
“Yo estoy de acuerdo con las revisiones porque te puedes olvidar de algo y ellos te avisan, siempre lo agradecemos lo estamos por responsabilidad, y aquí lo paga el Concello”, comentaba el feriante del Torito Vacilón.
Si por la mañana el repaso se hizo a las atracciones de la Alameda Vella, por la tarde le tocó el turno a las de Ojea, que fueron las últimas en llegar y a primera hora todavía no estaban totalmente desplegadas.
Una vez se de el pistoletazo de salida esta noche quedan por delante ocho días de actividades musicales, culturales y religiosas antes de que el ambiente festivo pase a la parroquia de Darbo.