El resultado del examen forense descarta que la mujer estuviera muerta cuando cayó a la ría en el vehículo junto al investigado
El examen forense realizado al cadáver de Fadoua Akkar, la mujer de 41 años que falleció tras caer al agua el vehículo en el que viajaba la madrugada del pasado sábado desde el paseo marítimo de Domaio, en Moaña, junto al único investigado, A.C.T., determina que murió por ahogamiento. La autopsia descartaría así que la víctima hubiese fallecido antes de caer a la ría.
La Guardia Civil continúa recabando datos sobre el itinerario que realizó el vehículo, mediante las cámaras de seguridad. El detenido testificó primero ante los agentes y después ante la titular del Juzgado de Instrucción 3 de Cangas que “fue un accidente” y se declaró “inocente”. Además, y según adelantó Atlántico, el moañés ofreció voluntariamente su ADN, su teléfono móvil y todas su contraseña, información que se cotejará para esclarecer qué ocurrió al filo de las 5.00 de la madrugada para que el coche acabase en el agua tras cruzar una zona peatonal cerrada al tráfico y, lo más importante, acabase con la vida de Fadoua, madre de un hijo de 13 años y vecina de Salcedo, Pontevedra. A.C.T. pasó su primera noche en A Lama, donde fue trasladado el lunes por decisión judicial, al quedar como investigado por un presunto delito de homicidio en el ámbito de la violencia de género.
MINUTOS DE SILENCIO
Si el domingo y el lunes las concentraciones de condena de la violencia machista tuvieron lugar en Moaña, durante la jornada de ayer se convocó un minuto de silencio a las puertas de la Diputación de Pontevedra y otro al inicio del debate en el Parlamento de Galicia. Por su parte, el subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Abel Losada, que presidió el acto de rechazo en Pontevedra alertó sobre la doble victimización que sufren las mujeres inmigrantes e invitó a reflexionar “sobre lo que habría pasado si el asesinato machista de Fadoua Akkar fuera cometido por un ciudadano marroquí con antecedentes por violencia de género y la mujer asesinada fuera una ciudadana española”. “¿Cuál sería la reacción de la sociedad y de algunas fuerzas políticas?», se preguntó el subdelegado, para afirmar que “estoy seguro de que antepondrían el cortoplacismo de la discusión sobre la inmigración frente el hecho fundamental que es lo de intentar erradicar entre todos que las mujeres sean asesinadas por el hecho de sello”. Subrayó que “una sola víctima por violencia machista constituye un fracaso público y un fracaso como sociedad”.