El gobierno local no convocó las subvenciones anuales dirigidas a cofinanciar cursos y talleres a los colectivos, además de realizar otro tipo de actividades de interés local promovidas por las asociaciones
Actividades dirigidas a personas mayores y aquellas que incidan en la buena salud, como podrían ser talleres de memoria, o actividades medioambientales, como el acondicionamiento y desbroce de las parroquias y barrios de Cangas. Este era el destino de los 10.000 euros que la tesorería de Cangas tenía reservados en los presupuestos del año pasado para subvenciones dirigidas a las asociaciones vecinos para que organizasen acciones ajustadas a las bases que permitieran a sus asociados beneficiarse de ellas, incluso gratuitamente, porque tenían la posibilidad de financiar la totalidad de la actividad.
El anterior gobierno local anunció la convocatoria en la plataforma a finales del mes de octubre y daba a los colectivos dos meses para poder presentar toda la documentación. Sin embargo, el tripartito que encabeza la nacionalista Araceli Gestido, conformado por BNG-PSdeG-IU, decidió no publicar el aviso de ayudas y reservarse el dinero o destinarlo a otros menesteres, pese a que mantiene el mismo presupuesto prorrogado en el que está incluida esta partida económica 912/480.
Según las bases públicas de 2022, que todavía rezan en la web del Concello de Cangas, la cantidad máxima a subvencionar era de 500 euros por curso o taller, dependiendo de los objetivos, pudiendo llegar hasta los 1000 euros si repercutía directamente en el cuidado, conocimiento y puesta en valor de un ámbito a proteger. Las asociaciones debía de justificar los cursos realizados durante esa anualidad y, en caso de crédito sobrante, tenían la posibilidad de recibir hasta un máximo de tres ayudas por entidad.
Gastos subvencionables para las asociaciones vecinales
En las actividades dirigidas la personas mayores se consideraban gastos subvencionables los derivados de la realización de los cursos o talleres, tales cómo monitores o material. La segunda línea, dirigida la a buena salud permitía, además, la compra de alimentos; y la tercera pata, la medioambiental, ayudaba, además de los cursos y de su personal, incluso, en el alquiler de herramienta, compra de simientes o plantas.