Se han visto obligados a instalar trampas en las distintas estancias de las casas para ahuyentarlas. El problema comenzó hace un año
Las terminas están generando quebraderos de cabeza a los vecinos de la calle Lirio, en pleno casco vello de Cangas. Desde hace en torno a un año las termitas se han instalado en al menos tres viviendas de piedra de esta estrecha vía de acceso al corazón del barrio histórico cangués cuyo origen se desconoce. La presencia de estas hormigas blancas, como se las conoce popularmente, llegó a ser un problema para los usuarios de las casas, muchas de ellas con estructura y suelos de madera típicos de las construcciones de antaño ya que estos insectos sociales viven en colonias subterráneas y se alimentan, principalmente, de la celulosa de la madera. En una en concreto, en una de ellas su propietario se vio obligado a cambiar todo el suelo de la casa al comprobar que estaba totalmente descompuesto por la acción de las termitas.
En la casa contigua, ya rehabilitada, a su dueño, que reside fuera, no le queda más remedio que enviar periódicamente a una empresa experta en fumigación para que las combata antes de su regreso en vacaciones. Eso sí, además cuenta con trampas por toda la vivienda para frenar su reproducción. Al igual que Pablo Soliño, que se ha visto obligado a llenar de trampillas numeradas las estancias de su cada. Detrás del sofá o junto a la estufa son algunos de los lugares elegidos para depositar estas pequeñas cajas de plástico color crema que continen cebos especiales para estos insectos.
Aunque hacer vida y dormir en una casa con termitas puede no ser peligroso de inmediato, no es lo ideal. Además de las costosas consecuencias que puede tener para el bolsillo del propietario, el ruido de estos insectos al roer la madera puede ser molesto, especialmente de noche, cuando todo está en silencio. Y lo que es más importante, los daños continuos a la estructura de su casa pueden, con el tiempo, afectar su seguridad. Ha habido casos en los que viviendas y edificios han acabo en ruinas o se han venido abajo por la acción de las termitas.