Que el cementerio de Darbo pase de ser privado a público no es tarea fácil, aunque ayer ya se dio un primer paso. Unos 250 propietarios de los cuatro centenarios que se estima que hay asistieron a la llamada del Concello para estudiar las posibles vías para alcanzar este fin. La primera, y la más sencilla, que sería a través del método de la cesión voluntaria al Concello y su uso por un período máximo de 75 años como recoge la legislación, no gusta a los dueños.
Así que el gobierno local planteó una segunda opción, aunque sin garantías de que pueda ser viable. Buscaría hacerse con todos los nichos y la parcela que todavía tiene en propiedad la empresa que construyó el camposanto para así poder tener oportunidad de encargarse del mantenimiento de las zonas comunes, que es lo que buscan los propietarios. Sin embargo, que esto pueda realizarse dependerá de la voluntad de los herederos de la constructora y también del informe que emitirá la Secretaría Municipal sobre si es posible destinar dinero público en un espacio en el que se convive con otros usos de carácter privativo. La primera valoración técnica, avanza el edil de Urbanismo, Antón Iglesias, es que “debería ser posible” pero no será hasta la semana que viene cuando el informe lo determine oficialmente.
Sea cual sea el resultado, el gobierno local se ha propuesto dar luz a la situación de este cementerio. Tratará de realizar un inventario de todos los propietarios, algo que parece tan sencillo pero de lo que no existe registro y que impide al consistorio poder convocarlos para informarles de las propuestas. También se pondrá en contacto con la empresa para saber de primera meno sus intenciones y, a partir de ahí, poder volver a reunirse con los vecinos para traslarle una respuesta definitiva sobre el futuro del camposanto.
Esta demanda de que el Concello se haga cargo de las zonas comunes de este cementerio es nueva. Ya se produjo años atrás con Eugenio González como edil de Urbanismo pero no se encontró solución.

