La picardía intrínseca del ser humano, dicho de manera generalizada, lleva a optar por la opción fácil frente a la que supone un esfuerzo, por mucha lógica que tenga. Las formas son importantes y sobre todo cuando repercute en la legalidad y en asegurar el bolsillo. En la aldea de Viñó, en O Hío, los conductores se topan con señalización que, cuanto menos, podría calificarse de ‘artesanal’ y ‘curiosa’ en viales competencia del Concello. Sobre su legalidad le corresponde a otros estamentos o la dirá el resultado de los probables recursos que interpongan los conductores que sean sancionados, si es que este verano se determina quien ejercerá esta responsabilidad.
Aparece desde un cartel de helados reconvertido en señal de limitación de la velocidad. También otras a las que, por algún motivo, le falta la mitad de la leyenda. En otros casos, ni llegaron a colocarse, como las de Rúa do Coto y Preguntoiro, que tras su asfaltado carece de cualquier tipo de restricción ni vertical ni horizontal. “Desde hace meses se lleva solicitando la mejora dela señalización, con señales rotas, inclinadas, desaparecidas. Señales de prohibición de circulación, exclusión de zonas de aparcamiento, limitación de velocidad… además de una inseguridad continuada de la senda peatonal por tener dos zonas en que invade la vía de doble sentido de circulación generando, por un lado, la reducción del vial y por otro el riesgo de los peatones”, dicen en la asociación de vecinos de Viñó. Su presidenta, Esperanza Veiga, muestra su “preocupación” por las consecuencias que todo esto va a provocar cuando “se llene de tráfico”.