El barrio de O Forte es uno de los más afectados, donde los vecinos ven cómo los roedores campan a sus anchas. La falta de limpieza y de actuación del Concello contribuyen a ello
Los vecinos del barrio de O Forte, en Cangas, denuncian la presencia habitual de ratas “de gran tamaño” por las calles del barrio que aglutina a 1598 habitantes, especialmente por la arteria principal. “Desde la entrada de la zumería Argolide, cuando vamos paseando los perros, es normal verlas”, relata Cristina Martínez, una vecina de la zona que reconoce que son “de gran tamaño” hasta el punto que “decidimos dar vuelta para no encontrárnoslas porque son asquerosas”. “Se cruzan de una acera a la otra”, recalca.
Y es que esta falta de salubridad en un barrio tan céntrico como el de O Forte se está convirtiendo es una constante. “Yo convivo con ratas”, expresaba otro vecino cuando escuchaba hablar del tema. En la asociación de veciños del barrio son conscientes desde hace ya mucho tiempo de lo que ocurre y ya lo pusieron en conocimiento del Concello en reiteradas ocasiones “pero nos dicen que no hay dinero”. Achaca su presidente, Benigno Pazó, la presencia de roedores a varios motivos. El primero, la falta de limpieza en la calle peatonal, el segundo la suciedad provocada por hábitos poco cívicos. Describe cómo los usuarios de la Unidad de Asistencia a Drogodependientes (UAD), conocida como ‘casa de la metadona’, hacen sus necesidades “entre los coches” porque no les dejan acceder a los baños de la Casa da Cultura, además de dejar tirados los briks por doquier. “Es un estercolero”, define Pazó, a lo que suma la aglomeración de contenedores (siete u ocho) en O Ponte donde “el olor es apestoso”.


Otro nido de ratas está a los pies de la playa de Rodeira, frente a la Casa da Cultura. Se trata edificio derruido que ejerció antiguamente de sede de los Testigos de Jehová y que desde hace más de una década se ha convertido en un solar “donde hay un montón de ratas” y que, además, supone un serio riesgo para los peatones. “Ya lo denunciamos en el Concello porque eso es un peligro, ya cayó el frontal cuyos cascotes llegaron a la otra acera”, advierte el presidente vecinal, recordando que hay una situación similar en la zona de As Pontes a las que tampoco se pone remedio.
Y por si fuera poco, a los roedores se suman las cucarachas, que también campean a sus anchas por el entorno del helipuerto y de la Alameda Vella. “Son muchísimas y salen de las grietas del suelo”, traslada a Atlántico la testigo Vera Gómez mientras muestra varias fotografías que así lo demuestran. Alguna de ellas ya en el interior de un local de hostelería cercano.

Morrazo Noticias se puso en contacto con el concelleiro de Medio Ambiente, Antón Iglesias, para conocer cuándo se llevó a cabo la última desratización y si se ha contratado alguna empresa pero no dio respuesta.