Lleva más de una semana sin comida ni bebida y sus dueños están desaparecidos. No pueden entrar hasta que lo determine un juez
El felino llevaba más de una semana en el balón del piso sin comer ni beber y sus maullidos hicieron actuar a los vecinos, que alertaron a los servicios de emergencias. A media mañana Seprona de la Guardia Civil, Protección Civil de Moaña y Bomberos del Morrazo acudieron a socorrerlo hasta la imponente vivienda de piedra situada en primera línea de playa en su fachada posterior y por la principal a la PO-551 a su paso por la zona urbana de la parroquia de Domaio. Sus dueños, una pareja ‘inquiokupa’ están desaparecidos. Nadie sabe donde se fueron ni cuándo exactamente, pero el propietario de la vivienda, Vicente Ferradás, no puede acceder hasta que no lo determine un juez. Está inmerso en un procedimiento judicial a la espera de que llegue el desahucio. Mientras, tiene prohibido pisar su piso o, de lo contrario, el que incurriría en un delito es él. Ni siquiera los efectivos de emergencias pueden colarse en la propiedad para atender al animal. Solo pueden hacerlo desde el exterior del balcón. Por este motivo, se requirió la presencia de los Bomberos del Morrazo para que, mediante su escalera, pudieran dejarle comida y agua para tres días. Si en este tiempo los ‘inquiokupas’ no vuelven, se deberá de tomar una edición. Por el momento el Seprona asegura que les impondrá una denuncia por maltrato y abandono animal.
Casero y vecinos ya no pueden más. El primero ha llegado a pasar noches en vela dentro de su coche, aparcado frente a la vivienda, observando el trapicheo que había durante la madrugada dentro de su casa. “Observé cómo dejaban la puerta abierta abajo y subían hombres”, relató.
La desatención a un menor que vivía con ellos también preocupaba en el barrio hasta que hace solo unos días ha pasado a estar cuidado por una familia de acogida. “Escuchábamos cómo el niño de unos ocho o nueve años gritaba que tenía hambre”, relataron los residentes del entorno, quienes aseguraron que, además, lo utilizaban para perpetrar pequeños robos en la zona. “Ellos marchaban por la noche y lo dejaban solo hasta la mañana”, relataron.
Detenidos por robos en las playas
A principios del pasado septiembre esta pareja de 33 y 37 años fue detenida por un delito continuado de robo con fuerza, hurto en interior de vehículo, y estafa por uso fraudulento de tarjetas de crédito sustraídas entre el 15 y el 27 de agosto.
El modus operandi consistía en buscar vehículos estacionados en las playas de Moaña que hubiesen dejado bajada una ventanilla varios centímetros para luego forzarla, acceder al interior y sustraer efectos personales. Entre estos efectos se llevaron documentación, una tablet digital, un teléfono móvil y varias tarjetas bancarias de las que hicieron uso.
Al utilizar las tarjetas se pudo comprobar que siempre lo hacían en los mismos establecimientos, y que nunca sobrepasaban los 50 euros para no tener que poner el pin. Tras las inspecciones oculares de los vehículos robados se llegó a la conclusión de que se trata de estas dos personas.