Promoción inmobiliaria en Meira, Moaña.

Una vivienda de 90 m2 en la localidad vale de media 131.221 euros, a 1.458 euros el m2, un 13 por ciento más que en 2021. Cangas, por la contra, mantiene a la baja los precios

Podría parecer una broma propia del día de los Santos Inocentes, pero nada más lejos de la realidad. Aunque comprarse un hogar al borde de la ría de Vigo parezca tarea imposible porque los precios están por las nubes, hay quien lo tiene mucho peor. Un estudio del portal pisos.com revela que Moaña es una de las 25 localidades costeras de España donde la vivienda está más barata, eso sí, sin dejar de crecer al alza. Junto a Moaña en este ranking se encuentra también Marín, donde el coste es todavía inferior.

El precio del metro cuadrado en julio de este año está en 1.458 euros frente a los 1.268 del mismo mes de 2021. Por lo tanto, refleja este análisis, que una persona que quiera comprarse una casa de unos 90 m2 en este municipio de la comarca de O Morrazo se verá obligado a desembolsar una media de 131.221 euros, unos 17.000 euros más que hace solo tres años o, lo que es lo mismo, un 13 por ciento más que al terminar la pandemia. Aunque pueda parecer una cifra elevada, se encuentra muy lejos de otros municipios cuyo valor supera el 40 por ciento de incremento en el mismo período.

En cuanto a precios, comprarse una casa en Moaña sale al mismo precio que hacerlo en la Costa Blanca o en la del Sol, en municipios como Gandía (Valencia), Águilas y Cartagena (Murcia) o Roquetas de Mar (Almería).

Por su parte, adquirir una vivienda en el municipio vecino, en Cangas, no ha variado demasiado respecto al año pasado e, incluso, podría decirse que ha tenido un microdescenso. Aun así se sitúa en una media de 1.629 euros, siendo Coiro, seguida de O Hío y de la zona centro, la parroquia con los precios más altos.

PUNTO DE INFLEXIÓN EN LA PANDEMIA

La alcaldesa de Moaña, Leticia Santos, reconoce que la pandemia fue un punto de inflexión en el urbanismo local. Al finalizar, explica, “notamos un repunte en el interés de la gente en instalarse en nuestra villa, por la calidad de vida que ofrece y por la proximidad a los centros de trabajo de las grandes ciudades del sur de Galicia”. Una tendencia que ya comenzó cuando se liberó el peaje de Rande y que volvió a resurgir después del confinamiento. 

Santos dice que en este momento se está construyendo vivienda colectiva y que se vende antes de finalizar las obras. Además, se han incrementado de forma muy considerable las licencias para reforma y construcción de vivienda unifamiliar.

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