La investigación ya tendría identificado al hombre que provocó el fuego en las nasas y que acabó quemando el barco. Fuentes vecinales señalan a un hombre de Darbo
Pablo Vaqueiro todavía no puede creerse lo que vivió en la mañana del jueves. Su embarcación de recreo quedó calcinada en la rampa del muelle de Vilariño, en la parroquia de Aldán. A primera hora estuvo acondicionándola y preparándola para su uso, motivo por el que el barco se hallaba en ese lugar, pero tuvo que marchar a realizar unos recados con la intención de volver poco después para continuar su labor y llenar el depósito.
Sin embargo, una hora después de abandonar ese punto recibió una llamada informándole de que su lancha estaba envuelta en llamas. No daba crédito porque «no había nadie, había neblina y lluvia y el muelle estaba vacío», recuerda Vaqueiro mientras gestiona los trámites para presentar denuncia ante la Guardia Civil con motivo de investigación abierta para determinar lo ocurrido a eso de las 9:00 horas de la mañana y buscar a su autor o autores.
También aguarda a que su hermano, que trató de salvar el barco y evitar que el fuego se propagase por el resto de barcos del pantalán, se recupere. Permanece en el hospital con quemaduras en el brazo y la espalda. «Menos mal que lo quitaron de allí porque sino el pantalán podría haber salido por el aire», considera este propietario.
EL AUTOR
Según fuentes próximas al operativo desplegado el jueves para sofocar las llamas, ya habría una persona identificada relacionada con la autoría del incendio aunque por el momento optan por la prudencia hasta que se comprueben los indicios recabados. Sí trasciende entre los vecinos del entorno que podría tratarse de un hombre residente en la parroquia de Darbo.
Y mientras se recaban pruebas, Pablo Vaqueiro tiene claro que quien prendió fuego a las nasas situadas justo encima de la embarcación «lo hizo a mala fe» y «fue a hacer daño». «No sé a qué viene todo esto», reconoce, porque «cuando salí estaba todo correcto». «El que va con mala idea aprovecha el momento para hacer daño», sentencia y bien que lo consiguió. El barco está valorado en torno a los 300.000 euros «más el dinero invertido a lo largo de todos estos años», aclara.