Galpón con orden de derribo y precintado por Protección Civil tras el derrumbamiento del talud.

También afectaría al muro que la propiedad ejecutó como mirador al borde del terreno que se desprendió en noviembre ante al riesgo de que el talud vuelva a venirse abajo 

El Concello de Cangas valora la “peligrosidad” que supone que sobre el talud que se vino abajo en el entorno de Massó a finales del mes de noviembre exista una edificación y un muro que no fueron construidos de manera legal y que cuentan con una orden de derribo que no ha sido ejecutada pese a los requerimientos municipales. Concretamente se trata de una parte nueva que añadieron al galpón que ya existía, aunque la omisión de sus propietarios para llevar a cabo esa demolición a lo largo de los meses puede llevar a los dueños de la parcela a tener que tirar abajo no solo la nueva construcción sino la totalidad de la obra, tanto la instalación nueva como también la vieja. Esto es lo que los técnicos están tratando de estudiar y de clarificar para posteriormente recoger las conclusiones en un informe que determinará «si es necesario derribar la totalidad”, explicaba el edil de Urbanismo, Antón Iglesias. 

Si este informe concluye que es preciso demoler todo el inmueble, desde el Concello se dará un plazo a los propietarios para que puedan comenzar con los trabajos. Aunque, eso sí, inicialmente los afectados tendrían derecho a presentar alegaciones como último recurso para frenarlo. Eso hace presuponer que la tramitación se va a extiender en el tiempo, con el riesgo que eso conlleva tener un talud que ya amenazó gravemente las viviendas situadas justo debajo, en la calle Arrecife, frente a la empresa Frigoríficos del Morrazo, con cascotes de grandes dimensiones, aunque afortunadamente sin daños personales. Conscientes del peligro, desde el gobierno local aseguran que “a medida que indiquen los técnicos» se tomarán decisiones. «Si hay que precintar la zona, se hará”, advierte Iglesias. 

Que el Concello asuma económicamente la contención y arreglo de este precipicio, aunque después lo repercuta en la propiedad, supone una carga importante que desde el gobierno local se está tratando de evitar.

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