El concelleiro de Deportes no ha querido dar el nombre, pero se entiende que el nuevo reglamento impedirá que el club Kenyata utilice en exclusiva la oficina en la que lleva 42 años
El conflicto por el mantenimiento y gestión de los campos municipales de Rodeira sigue latente pese a que el Concello decidió a principios del mes de mayo cambiar la cerradura de las puertas metálicas de acceso al césped, evitando así que el club Kenyata pudiera tener acceso libre como hasta ahora. Sin embargo, el concelleiro de Deportes, Eugenio González, anunció nuevas medidas de las que todavía no había dado pistas. Hasta este viernes en el pleno cuando en respuesta a una pregunta del PP, el edil socialista avanzó que el nuevo reglamento de uso que prepara incluye el “desahucio” de un club pero sin dar ningún nombre. Sin embargo, todo hace pensar que podría tratarse del Kenyata, ya que sería el único que en este momento está ocupando la oficina anexa a los campos, situada en uno de los laterales, junto a los baños de estas instalaciones deportivas. Aquí llevan instalados 42 años, aunque no contarían con ningún convenio en vigor.
Por el momento, González no quiere dar más detalles sobre en qué consistirá este paso que prepara el gobierno local e insiste en que serán los servicios jurídicos del Concello “los que le están dando forma al documento» y después “ya se verá en el informe”. Sí aclara el concelleiro que “no se va a por ningún club” y que “lo único que se pretende es que sean unas instalaciones para todos y sean un ejemplo de civismo y convivencia”.
Las instalaciones deportivas de Rodeira se vieron envueltas en un conflicto entre los padres de los niños a los que se les prohibía el uso libre de los campos y la directiva del club Kenyata que los mantenía cerrados alegando vandalismo. Decisión avalada por el Concello hasta la pasada primavera cuando Eugenio González, poco después de hacerse cargo de esta cartera, cambió la cerradura de forma unilateral y si previo aviso. Esto molestó al club, que amenazó con sacar a la luz supuestas ilegalidades cometidas por el gobierno local durante su etapa de buena relación.
Y mientras se instalan unas normas de uso, el malestar con los padres se ha calmado y el mantenimiento, a cargo del Concello, recae en una limpiadora, un peón de limpieza viaria y otro de servicios múltiples.