Un PXOM reciente para ofrecer seguridad urbanística y la oferta de vivienda privada para compra y alquiler retiene población
La pandemia del Covid-19 marcó un antes y un después en los padrones. Si entre 2020 y 2021 los municipios lograron incrementar su censo notablemente acogiendo a los ciudadanos que optaron por residir en entornos más rurales y en viviendas en lugar de en pisos, una vez las cifras vuelven a recolocarse denotan una tendencia a la baja. En el caso de O Morrazo, en unas localidades más empicada que en otros. Cangas pierde en torno a un centenar mientras que en el caso de Moaña, a 1 de enero de 2024 cuenta con 19.315 habitantes, uno menos con respecto a los datos de 2022 cuando el padrón recogía 19.314. Un descenso circunstancial, del que se puede extraer que logra mantener su población en comparación con el año anterior. Si bien es cierto que en este ejercicio de 2022 fue el municipio que más habitantes dejó ir, registró un bajón de 69.
La alcaldesa de Moaña, Leticia Santos, lo describe como una período de estabilización. Se refiere a que si bien muchos ciudadanos que estaban censados en ciudades como Vigo decidieron hacerlo en Moaña, también otros muchos nativos de esta localidad del Morrazo que residían fuera optaron por hacer lo mismo en sus destinos. A esto se suma una caída de la natalidad «que es lo que más nos afecta», la edad media de la población cada vez más elevada, por tanto, los índices de mortalidad y las personas que, pese a tener su residencia en Moaña, no se encuentran censadas aquí.
ACCESO A LA VIVIENDA
Analizadas las causas, la regidora también está convencida de que Moaña logra retener la sangría poblacional gracias a la oferta de nueva vivienda que ofrece el municipio. Tanto en propiedad, como de alquiler. Gracias a que cuenta con un Plan Xeral reciente, lo que aporta seguridad urbanística a los promotores, en los últimos dos años empresas privadas han elegido el centro para construir cuatro edificios de pisos, uno en la zona de O Con, Sisalde con la calle Rosalía de Castro, As Barxas y Ramón Cabanillas. Además, en el horizonte hay otras propuestas, como las planteadas en la zona de Porta do Sol de Meira o en el entorno del supermercado Lidl en Tirán.
Aun así, con «oportunidades para poder comprar», Santos es consciente de que el precio es un «problema» para los jóvenes a la hora de acceder a una vivienda, y por tanto que Moaña sea su residencia. Con el objetivo de que los propietarios de Viviendas de Uso Turístico (VUT) opten por dedicarlas al alquiler convencional, destaca la nueva ordenanza para la regulación del consumo del agua aprobada «más equitativa», describe, y en la que aquellos alojamientos vacacionales se regirán por la tarifa comercial en lugar de la doméstica. «Buscamos que la gente ponga su vivienda como alquiler estable», incide.
Otra opción que baraja la alcaldesa de Moaña es la construcción de una decena de viviendas sociales en la parcela de titularidad municipal donde también se va a construir el futuro auditorio. Precisamente, este lunes está prevista una reunión con la Xunta para estudiar la posibilidad de que la consellería de Vivenda e Planificación de Infraestruturas pueda colaborar financieramente en los costes. Desde el Concello ya adelantaron a Santiago parte del proyecto y será mañana cuando la regidora pueda exponérselo al completo en la delegación de Pontevedra.