El sistema genera descontento en los trabajadores porque elimina los juzgados para unificarlos en un Tribunal de Instancia
Los ánimos están caldeados en los Juzgados de Cangas, que a partir del de julio sufrirán un cambio interno y estructural de especial relevancia dentro de la reforma judicial que se está llevando a cabo y que se inicia con la entrada del próximo mes. Ya tiene todo listo y será el primero que lo haga, pero no con el beneplácito de los trabajadores porque la reestructuración afecta directamente a sus funciones y sus puestos de trabajo.
Según el Ministerio, impulsor del cambio, la reforma busca reducir burocracia y consiste en la desaparición de los juzgados de primera instancia e instrucción, así como los de violencia sobre la mujer, para ser reemplazados por los Tribunales de Instancia, que funcionarán de manera colegiada, integrando a los jueces y juezas en civil y penal, dentro del cual se incluirá el de violencia a la mujer. Funcionarán como unidades dependientes del Tribunal de Instancia, de manera que los funcionarios no solo desempeñarán a partir de esa fecha su función habitual sino que a petición superior podrán moverse por los distintos puestos de este Tribunal, incluso dentro de una misma jornada de trabajo, dependiendo de la necesidad que exista en cada momento.
Una forma de “adelgazar” la justicia hasta el punto de que en Galicia, por ejemplo, se pasará de 275 juzgados de primera instancia a 45 Tribunales de Instancia. En el caso de Cangas, que es un partido judicial, será el primero de Galicia en transformarse en un Tribunal de Instancia
Según la CIG, único sindicato que no ha suscrito el acuerdo, se trata de una maniobra de la administración “para ahorrar dinero a costa del esfuerzo de los trabajadores” y esto acaba repercutiendo directamente en la calidad del servicio a los ciudadanos. Aunque en Cangas todo está preparado para la puesta en funcionamiento la próxima semana, este cambio radical y complejo requerirá rodaje hasta su correcto funcionamiento.