La conselleira de Medio Ambiente, junto a autoridades locales, visitó ayer los trabajos en la zona calcinada en agosto
Después del incendio que arrasó el pasado mes de agosto en torno a 72 hectáreas de superficie arbolada ahora toca minimizar los daños que puedan ocasionar las lluvias propias del otoño e invierno, especialmente aquellas que puedan ser fuertes y que acaben arrastrando las cenizas, la madera quemada y la maleza calcinada que quedaron sobre la superficie hasta el río, con las consecuencias que eso puede tener para sus vecinos y para el propio entorno natural del municipio.
Aquí es donde empieza la labor de Augas de Galicia, entidad dependiente de la Consellería de Medio Ambiente y cuya acción puso de relieve la titular de este departamento, Ángeles Vázquez, durante su visita ayer a la zona afectada del núcleo de Vilar, en la parroquia de Santa Cristina de Cobres.

Vázquez, que estuvo acompañada por el director de Augas de Galicia, Roi Fernández, explicó que estos trabajos preventivos ya se han aplicado en otros puntos de Galicia donde Augas tiene competencia y que consisten en “utilizar aquello que tenemos ya en los montes para hacer cordones que sirven para frenar esa ceniza y evitar que vaya mayoritariamente a los regatos y a las escorrentías y acabe finalmente en el mar”. Además, esto permite acabar con la “peligrosidad” en el monte después de un incendio “porque los árboles quemados con la humedad pueden caer”.
El responsable de Augas explicó que las tareas consisten en la instalación de barreras anticontaminación en los entornos fluviales, como cordones vegetales a base de ramas y troncos procedentes de la zona afectada por el fuego para crear entramados de biomasa que minimicen la pérdida de suelo y favorezcan la pronta implantación de especies vegetales. A mayores, también se están colocando barreras de madera, transversales al curso del propio canal, en puntos con elevada pendiente donde pueden resultar efectivas para reducir la velocidad del agua y fijar arrastres.
De hecho, en la zona de Vilar se están instalando 3.710 metros de cordones de vegetación y 110 metros de albarradas en 12 puntos del canal. Además, en este caso también está previsto acometer labores de restauración en dos puntos en los que se ejecutaron cortafuegos, lo que supuso la ocupación del canal por tierra y vegetación que ahora serán retiradas para estabilizar y naturalizar el espacio.
Auguran que esta actuación en Vilaboa, considerada como “relativamente pequeña”, tendrá una duración de entorno a una semana.