El pasado viernes por la tarde una veintena de usuarios del centro social de Cangas se quedaron de puertas para afuera y no pudieron asistir a sus actividades de tarde, entre ellas alumnas de la clase de pintura que organiza Adicam. Acudieron con normalidad como cada viernes al edificio pero se encontraron con que estaba cerrado. Nadie sabía que el gobierno local había decidido trasladar a esta trabajadora, hasta el jueves conserje de las instalaciones de la Avenida de Ourense, al auditorio Xosé Manuel Pazos Varela. El problema no fue este cambio de destino, sino que no dejasen a nadie encargado de abrir las puerta para que los alumnas y alumnas de este centro social pudiesen entrar a sus clases.
Este hecho generó un importante malestar entre los usuarios que, tras estar un rato esperando en la puerta para tratar de buscar una alternativa que les permitiese el acceso, tuvieron que marcharse de vuelta a su casa porque nadie podía abrirles. Consideraron una irresponsabilidad por parte de los responsables municipales no haber comunicado el cambio de la trabajadora a otro lugar para haber organizado la apertura de las instalaciones. Esta semana, y tras lo ocurrido, el gobierno local ha logrado una solución temporal.