Confían en que la presión vecinal paralice la aprobación de la ordenanza, prevista en la asamblea del próximo lunes. Hacen un llamamiento a la ciudadanía a que asista
Comerciantes y vecinos de Cangas, Moaña y Bueu han presentado por registro electrónico las 8.000 firmas recogidas por cada uno de los colectivos en apenas diez días contra la subida del recibo de la basura por parte de la Mancomunidade do Morrazo. De una manera simbólica, la Asociación de Comerciantes e Industriais de Moaña (ACIMO), la de Cangas (ACICA), de Bueu (ACIBU), la Asociación de Hosteleros de Moaña, Cangas Vella y la asociación de vecinos Bouza Quintela de Moaña, entre la decena de colectivos y el concelleiro no adscrito, Daniel Chapela, han querido mostrar su unión y su rechazo a la aprobación el próximo lunes de la nueva ordenanza fiscal para la recogida de residuos en la comarca. Una asamblea que tendrá lugar a las 18:00 horas en el Concello de Cangas y a la que se prevé una asistencia masiva de vecinos y comerciantes en repulsa a este decisión.
Precisamente, todos los colectivos presentes ayer en el Concello de Bueu realizaron un “llamamiento a la ciudadanía” para personarse en la asamblea en la que, con toda probabilidad, se dará el visto bueno a esta nueva normativa. Confían en que la presión social acabe por cambiar el rumbo de la tramitación y hagan recapacitar al ente supramunicipal. Exigen la “paralización” de su aprobación y urgen a los gobiernos locales de los tres municipios a iniciar “una negociación” que tenga como finalidad crear una ordenanza consensuada que no suponga un “duro golpe” para los vecinos y el tejido comercial e industrial. “Con este incremento, una veintena de locales de hostelería estarían en riesgo de cierre”, advierte Mario Cao, vicepresidente de los hosteleros de Moaña alegando que “no solo tienen que enfretarse a la subida de la basura sino también de otros impuestos”. Cao desveló una reunión esta semana con el gobierno moañés para trasladarle la necesidad de frenar la subida en la que no lograron llegar a un acuerdo.
En el comercio es difícil hacer este cálculo, explicó la presidenta de ACIMO, Tatiana Chapela, porque “cada uno tiene sus peculiaridades” y “habría que estudiar cada caso de forma individual”. “La propuesta de la Mancomunidade recoge que cada comercio genera como mínimo tres kilos de basura diarios, un dato que no se ajusta a la realidad”, precisó Daniel Chapela, quien también considera “injusto” que una vivienda tenga uno o nueve habitantes pague exactamente lo mismo» o que “los supermercados paguen una tasa ridícula respecto a la cantidad de basura que generan”. Otra de las incongruencias que detectan está en aquellas viviendas «que nunca se hizo la división horizontal y hay dos o tres familias pagando un solo recibo”, advirtió.
El servicio “deficiente” de recogida y reciclaje en el rural es otro de los argumentos para decir “no” a esta ordenanza, de la que informarán a los colectivos después de ser aprobada. “No tiene sentido”, censuró la presidenta de la Asociación de Vecinos de Bouza-Quintela de Moaña, María José Acuña.

