Los caballos comiendo en la finca privada de Coiro esta semana.

Una manada de  irrumpió en la finca de una vivienda de Coiro, arrasó con toda la fruta y pisoteó las hortalizas. Es la primera vez que bajan porque no tienen comida en el monte

Son muchos y desde hace tres días traen como locos a los servicios de emergencia de Moaña. Protección Civil y Policía Local tienen que desplazarse mañana, tarde y noche a los distintos viales dentro del término municipal para derivarlos nuevamente al monte, de donde nunca debieran salir. Quieren evitar de todas las formas posibles que pueda producirse un accidente de graves consecuencias. La carretera Moaña-Marín (PO-313) había sido el punto más conflictivo pero ayer conductores y vecinos alertaron de que existía una grave amenaza de que pudieran acceder a la autovía del Morrazo, donde los vehículos circulan a mayor velocidad y los daños, por lo tanto, podrían ser irreparables. Una manada de nueve equinos paseaba casi por la salida de San Martiño a primera hora de la tarde, lo que obligó a los voluntarios de Protección Civil a frenar su intención de tomar la principal arteria de O Morrazo.

Sin embargo, el peligro no solo está en las carreteras sino en la misma puerta de casa. Una familia de la parroquia canguesa de Coiro, en las inmediaciones del museo de A Mangallona, pudo grabar esta semana con sorpresa y estupefación cómo “al menos seis o siete” caballos salvajes se comían los kiwis, las manzanas y todo lo que encontraban a su paso en la finca. “Acabaron con toda la fruta y le pisotearon las hortalizas, un Cristo”, define Robero Carnicero, sobrino de la propietaria de la parcela, “y menos mal que los ahuyentamos y no llegaron a las legumbres”. Asegura que es la primera vez que bajan a la huerta “porque no tienen comida en el monte» y advierte de que “como se acostumbren a venir a comer aquí no hay quien los saque”. También se han avistado en las inmediaciones de la capilla de San Cosme, en Hermelo. ”Un caballo asilvestrado como estos que vienen con potros te pueden dar una patada o un mordisco cuando trates de espantarlos, es un riesgo para para las personas y para los conductores si llegan a las carreteras», sentencia este cangués. Cree que la solución es que no se limpien tanto los montes para que puedan tener comida y “llegada la primavera que cada propietario se los lleve a su casa porque esto es una irresponsabilidad», apostilla.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *