Protección Civil de Moaña tras evacuar a los senderistas en la Cruz da Maceira.

Es la primera vez que la Consellería de Medio Rural lleva a cabo un simulacro tan amplio en la comarca, con más de 100 efectivos y el efecto sorpresa para dotarlo de realidad

Nada podía salir peor. Moaña, Cangas, Vilaboa y parte de Marín se vieron afectados en la mañana de ayer por un incendio forestal, afortunadamente irreal, que contaba con todos los ingredientes para convertirse en tragedia: cinco senderistas asmáticos atrapados, entre ellos un bebé, en terreno próximo a Cruz da Maceira y un accidente obstaculizando la única vía de acceso al foco del fuego cuando los ocupantes del vehículo trataban de huir de las llamas. Y por si fuera poco, con las peores circunstancias climatológicas adversas marcadas por un viento cambiante. Un simulacro que recordó al aterrador incendio de 2006 que dejó dos víctimas mortales y calcinó gran parte de la comarca desde los montes de Domaio, Darbo y Aldán. Pero también a otro mucho más reciente, el que afectó a la parroquia de Meira hace solo dos años y que puso en jaque a varias viviendas.

Valoración del bebé en el hospital de campaña instalado para el simulacro.

Con estos antecedentes, desde la Consellería de Medio Rural se eligió el entorno de Chandarquiña, en Domaio, para reproducir un incendio forestal de nivel 1, pero que podría haber incrementado la gravedad de no ser por la acertada y coordinada actuación de los más de cien efectivos que participaron en el operativo. Desde las brigadas antiincendios, pasando por Guardia Civil, Policía Local de Moaña o Protección Civil de Cangas y Moaña, ayudados por equipamiento técnico especializado de última generación. 

Con todas estas complicaciones, perfectamente posibles en la realidad, el objetivo era evitar que el incendio ascendiese al Nivel 2 y evitar pérdidas humanas durante las labores de extinción. Fueron los voluntarios de Protección Civil Moaña quienes tuvieron el importante papel de rescatar a los heridos en el vehículo para posteriormente proceder a su evaluación y posterior evacuación. También en el acceso a los senderistas, que en un principio se pensó que eran dos y finalmente se hallaron cinco personas que, en la angustiosa labor de buscar una salida del humo, acabaron desperdigándose por el monte. Dos de los adultos acabaron en estado grave al ser asmáticos.

Encuentro final con la presencia de la alcaldesa de Moaña en Chandarquiña.

Fue un simulacro sorpresa. Desde la Xunta no se había advertido de su despliegue. Ni a los vecinos que podrían verse afectados ni a los medios de comunicación. Solo a los servicios de emergencia que componen el operativo. El objetivo era dotarlo de realismo y se consiguió. Eso sí, con la esperanza de no tener que volver al terreno verano.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *