Uno de los vehículos abandonados aparcado en el helipuerto de Cangas.

El helipuerto de Cangas suma a su evidente hundimiento por el castigo del mar, con el riesgo que eso supone para la seguridad de los usuarios, y la necesidad de inversión económica para su refuerzo, la acumulación de vehículos que son requisados por la Policía Local a lo largo de los últimos años por diferentes motivos: desde la falta de seguro, de ITV o que hay restos evidentes de que no se ha movido del mismo lugar durante un largo período de tiempo. Coches que finalmente nadie reclama y que ante la falta de un espacio apropiado para almacenarlos se optó por depositarlos en esta explanada de la zona de Ojea. 

El problema es que aquí permanecen mucho tiempo, años, convirtiendo el lugar en una especie de cementerio al aire libre con vistas al mar privilegiadas y en un refugio diario para quienes no tienen dónde cobijarse del frío invierno para dormir bajo techo.

El proceso es largo, pero por el tiempo que llevan estos vehículos aparcados podría definirse como eterno. Cuando un coche llega al depósito o se detecta estacionado con evidencias de estar abandonado por su propietario en algún punto del municipio de Cangas la encargada de tramitar su baja es la concellería de Medio Ambiente. Según su responsable, Antón Iglesias, en este momento hay identificados entre 12 y 15 vehículos repartidos dentro del límites geográficos de la localidad, de los cuales se espera que dos sean recogidos por una grúa la semana que viene para ser trasladados a la chatarrería y finalicen su vida útil en un espacio apropiado. Se hace gracias al convenio que el Concello de Cangas tiene firmado con la Diputación desde finales de 2023 y que a lo largo de estos dos años ha permitido hacer lo mismo con otros dos.

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