El muro del cementerio municipal de Cangas corre el riesgo de desplomarse por completo y con él parte de las tumbas situadas junto al cierre. Hace casi dos años que una parte de la tapia se derrumbó y el invierno pasado volvió a ocurrir, acrecentando todavía más el riesgo para las personas, los vehículos que estacionan justo debajo en Altamira y para las propias instalaciones del camposanto. Las intensas lluvias y los fuertes vientos del mes de noviembre fueron la causa. Sin embargo, a las puertas del otoño el Concello de Cangas todavía no ha realizado la tramitación obligatoria para su arreglo.
Debido a su protección, cualquier reparación en el cementerio tiene que contar con la autorización de Patrimonio. Sin embargo, hasta la fecha el gobierno local no ha tramitado esta solicitud al departamento autonómico para poder iniciar las necesarias obras de reconstrucción. Los vecinos muestran su preocupación por la inacción y dejadez del ejecutivo local y urgen a tomar medidas preventivas para evitar que la llegada de las lluvias y los temporales próximos puedan seguir haciendo mella en el muro y acaben por desplazar las tumbas hasta derruirlas.
El pasado mes de abril, la exconcelleira de Obras y Servicios, Iria Malvido, se comprometía a adoptar una solución.